El Gobierno no cambiará la reforma eléctrica que grava la eficiencia energética de las empresas azulejeras y el ministro de Industria, José Manuel Soria, pide a la patronal Ascer que sean ellos los que propongan fórmulas para reducir el impacto económico de la medida sobre la producción de baldosas cerámicas pero sin dañar al resto de sectores industriales.

Esa fue la única respuesta que obtuvo Ascer tras solicitar al ministro que se recupere la retribución a la eficiencia energética, compensando económicamente a la mejor utilización de la energía y que no se grave al azulejo por un déficit tarifario en el que no ha participado.

«Poca cosa hemos sacado», asegura el presidente de la patronal azulejera, Isidro Zarzoso, al referirse a la reunión mantenida con Soria. «Nos han tratado muy bien, pero no sacamos nada claro», insiste. Eso sí, el máximo representante de los azulejeros alaba la postura del presidente de la Diputación, Javier Moliner, quien también participó en el encuentro: «Presionó como si fuese uno de nosotros», puntualiza.

La patronal trasladó a Soria la situación del sector, que pivota de forma creciente sobre las exportaciones, «por lo que cualquier aumento de costes en un entorno altamente competitivo puede lastrar las ventas al exterior y dejarles fuera del mercado», indica el secretario general de Ascer, Pedro Riaza que, según afirma, le recordó que el sector cerámico español ha sufrido un fuerte impacto a raíz de la crisis económica global, y de la construcción en particular, «con una pérdida de 12.000 empleos directos y un quinto de las empresas. A pesar de ello, la industria se ha renovado, orientando sus ventas al exterior, ajustando sus costes y su estructura, para lograr ser sostenibles en el tiempo y continuar siendo competitivos».

En este sentido, Riaza afirma que las medidas adoptadas por el Gobierno desde el año 2012, en especial en materia energética, «castigan a un sector altamente eficiente energéticamente y cuyos sistemas de cogeneración tienen un aprovechamiento energético superior al 85%».

En la reunión, se le expuso al Ministro el impacto económico que las últimas medidas han representado para la cogeneración y que han supuesto en total dejar de ingresar 62 millones de euros anuales. «Este impacto es inasumible en la actual situación del sector, en la que cualquier empeoramiento de la situación puede abocar al sector una enorme pérdida de competitividad insalvable frente a los otros países productores llevando al sector a pérdidas y, consecuentemente, al cierre de empresas y pérdida de empleo», afirma Riaza que recuerda que la energía eléctrica cuesta a los italianos un 22 % menos y que para los polacos es hasta un 46 % más barata.