La ministra de Fomento, Ana Pastor, confirmó ayer en Barcelona que ha trasladado a los técnicos de su departamento la petición del Govern y el empresariado catalán para que el tramo Tarragona-Castelló del corredor mediterráneo mantenga el ancho ibérico y el internacional. El anuncio por sorpresa de la ministra se produjo en la clausura del Círculo de Infraestructuras de Barcelona, donde defendió que la inversión pública «no se puede hacer de espaldas al resto de instituciones», y por eso asegura que ha pedido a los técnicos «soluciones» para que este tramo tenga habilitados ambos anchos con el objetivo de sacar el máximo rendimiento a los recursos disponibles.
Desde el Ministerio de Fomento no pudieron aclarar los detalles de esta novedad que obliga a modificar los proyectos de construcción y los contratos, recién licitados, para convertir al ancho internacional el tramo Castelló-Tarragona. La cuestión no es baladí, porque con la operación de cambio de ancho entre Castelló y Tarragona era mucho más sencilla (ya existen traviesas polivalentes desde hace una década y se podían reutilizar). Pero al introducir el tercer hilo para ancho ibérico (Fomento no pudo aclarar si sólo en una vía o en las dos) obliga a cambiar las traviesas e introducir la señalización y comunicaciones más específica y compleja para que sea compatible con los dos tipos de ancho (tal como se hará en el tramo Valencia-Castelló). Unas modificaciones que plantean multitud de dudas: ¿afectará la modificación a la fecha de 2015 comprometida por la ministra para finalizar las obras del corredor mediterráneo?, ¿se deberá anular los contratos entre Castelló y Tarragona y volver a licitarlos?
La decisión, no obstante, será bien recibida desde el Puerto de Valencia, cuyos responsables veían con preocupación que entre Castelló y Tarragona no se pudiera circular en ancho ibérico a partir de 2015. También será bien recibida por los operadores ferroviarios privados como Logitren (empresa en la que participa FGV) y la empresa Noatum, la antigua Dragado SPL la concesionaria de la principal terminal de contenedores del recinto del Grao que se alió junto a Logitren y la empresa de transporte por carretera Laumar Cargo, para gestionar la terminal logística Zaragoza-PlaZa, con el respaldo de las autoridades portuarias de Valencia y Bilbao.
Como ya adelantó Levante-EMV, cuando estuviera finalizado en 2015 la conversión al ancho europeo del tramo Valencia-Tarragona, sólo se podría llegar hasta Valencia en ancho ibérico dando un rodeo espectacular desde Zaragoza hasta Albacete y Valencia o, directamente, habría salido beneficiado por el puerto de Barcelona, mientras los operadores privados sopesan si adaptan sus trenes al ancho europeo, según advertían desde la Autoridad Portuaria de Valencia. Actualmente circulan por el corredor mediterráneo unos 90 trenes de mercancías semanales, operados por Renfe (al 70%) y el resto por operadores privados, según la información oficial de la operadora. Aunque las presiones de los empresarios y la Generalitat catalanes son los que han logrado el cambio en el proyecto. El viernes en Perpignan, el conseller de Territorio de la Generalitat de Catalunya, Santi Vila presente en la conferencia de la ministra de ayer advirtió a Fomento de que «se equivoca» si elimina el ancho ibérico en este tramo y habilita solo el internacional. El conseller catalá pidió una «transición tranquila» al ancho internacional para no perjudicar al sector del transporte ferroviario de mercancías ni a las empresas que han realizado inversiones, y apostó por una mejor coordinación y gestión.
La consellera de Infraestructuras, Isabel Bonig, mostró la «satisfacción absoluta» del Consell ante el inicio de las obras del corredor mediterráneo en el tramo Moncófar-Castelló. «Ésta es una buena y muy importante noticia para todos, porque demuestra que el corredor es una realidad, que Fomento cumple sus plazos y, como dijo la ministra Pastor, a principios de 2014 comenzarían las obras». Bonig recuerda que el proyecto del tercer carril «fue presentado y abanderado por la Generalitat y aceptado al 100 por 100 por el Gobierno de Mariano Rajoy».
