La Conselleria de Medio Ambiente ha detectado la presencia de daños en algunos ejemplares de pino carrasco situados en comarcas costeras de la mitad norte de la provincia de Valencia y sur de Castelló. Las primeras detecciones han tenido lugar en la ciudad de Valencia y, posteriormente, en las comarcas de L'Horta Oest, Camp de Turia, Camp de Morvedre y la Plana Baixa. Se trata de la conocida como fisiopatía de pinares litorales, una patología de la que se tiene constancia desde finales de los años 90, aunque el episodio más importante se dio en el verano y otoño de 2002.

Según indicó el director general del Medio Natural, Alfredo González, «durante aquellos episodios se comprobó que si bien los daños son muy llamativos, los árboles difícilmente llegan a morir ya que se trata de una afección únicamente foliar que no afecta a las yemas». Estos daños consisten en la aparición de una zona seca localizada de diferentes partes de la copa de los pinos, que adquieren color marrón o atabacado y es frecuente que los daños se manifiesten en la parte superior de la copa y que, posteriormente, se extiendan al resto del árbol.

Se trata de daños muy llamativos por la coloración rojiza que adquieren las acículas y pueden llegar a manifestarse en un corto periodo de tiempo.

A su vez, afectan a pinos de todas las edades, «aunque normalmente no llega a producir la muerte de los ejemplares afectados», insistió González.

El experto indicó no obstante que «sigue sin conocerse con certeza el causante de esta enfermedad», por lo que la Universidad Politécnica y la Conselleria han llevado a cabo trabajos«en los que se han detectado la presencia de un fitoplasma denominado candidatus phytoplasma pini en muchos de los árboles estudiados que presentaban estos síntomas». «Vamos a realizar un seguimiento de los daños en las zonas afectadas en coordinación con los agentes medioambientales y los técnicos de sanidad forestal, para conocer la evolución de los síntomas», dijo.