Muy directos en sus consejos, tan lúcidos como amables, exquisitamente inteligentes, prodigiosamente intuitivos y entrañablemente cercanos. Los doctores Edmon H. Fischer, Nobel de Medicina en 1992, y Avram Hershko, Nobel de Química en 1991, deleitaron ayer con su conversación y consejos a unos cuarenta jóvenes científicos del Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia.

Lo que más repitieron, sin repetirse, fue: «Don't give up». No te rindas. No tires la toalla, no te des por vencido, sigue tu intuición, elige el trabajo que te guste, elige un grupo donde estés a gusto y sigue adelante. «En ciencia nunca se sabe dónde ni cuándo», dijo Fischer, mientras que Hershko indicaba que nunca hay que abandonar el laboratorio. «Piensa que de cada cien experimentos que hagas, solo diez serán útiles, pero no te sientas frustrado», recalcaron.

Estos dos grandes maestros de la ciencia se mostraron ayer ante un auditorio de científicos junior en contra de que el «índice de impacto» de una publicación sea lo que garantiza la validez del contenido de un trabajo científico. Del mismo modo se pronunciaba ayer en estas páginas el Nobel de Medicina de 2013, Randy Schekman.

Fischer y Hershko rechazaron tal «el estándar bibliométrico», como lo calificaron. «No estoy de acuerdo con ese sistema donde solo cuenta el número de artículos y de publicaciones; odio a la gente que publica cualquier experimento por simple que sea», afirmó Fischer quien aseguró que cuando empezó con sus estudios sobre la fosforilación-desfosforilación de las proteínas como mecanismo de encendido-apagado de su actividad, jamás pensó que ese camino le llevaría al Nobel. Luego sí, cuando advirtió que tenía entre las manos algo grande.

Ambos se mostraron partidarios de trabajar en grupos pequeños de 4-5 personas y rechazaron el trabajo aislado. «La ciencia es complicada, no hay que trabajar en solitario, hay que hacerlo en colaboración».

«No renuncies a tu libertad para elegir tu propio experimento», añadió Hershko. Ambos científicos senior aconsejaron a los jóvenes que se sientan orgullosos de sus trabajos, «si no estás orgulloso de lo que haces no podrás seguir adelante».

Fischer, con 94 años de entusiasmo, contó que conoció a Santiago (Grisolía) siendo posdoc en 1953 en Kansas. Respecto a la ciencia de España ambos admitieron que aunque no la conocían mucho, había crecido muchísimo «en los últimos veinte años».

Ambos Nobel insistieron también en el riesgo como factor añadido de la investigación científica. «Siempre hay que arriesgarse, porque si no te arriesgas, no hay ciencia porque la ciencia exige cosas nuevas», afirmaron. «Todo el tiempo tienes que plantearte preguntas y aunque los demás piensen que no, si tu crees que vale la pena, sigue adelante», afirmaron.

Fischer,igual que Schekman ayer, también se mostró partidario de publicar los resultados en abierto. «Es absolutamente indispensable, la comunicación es lo más importante pero es inaceptable que haya publicaciones que ganen miles de millones». Fischer dijo que los primeros 50 años del S. XX se caracterizaron por los avances de Física, los último 50 los de Biología y vaticinó que en los próximos 50 predominará la Física de nuevo.