Los 140 usuarios del comedor social no dejarán de ser atendidos por los servicios municipales durante las dos semanas de septiembre en las que el centro permanezca cerrado. Así lo aseguró ayer la concejala de Bienestar Social del Ayuntamiento de Benicarló, Sarah Vallés, quien acusó al grupo municipal socialista de «no valorar el trabajo» que están haciendo todo el equipo de voluntarios coordinados por el consistorio al censurar el cierre reorganizativo durante esta quincena.

La edil calificó además de «populista» la actitud de los socialistas al «crispar a la gente diciendo cosas sin contrastar».

Sarah Vallés recordó que todos los usuarios del comedor social han sido derivados hacia este recurso por parte de los servicios municipales y reciben atención de estos servicios, por lo que durante estos 15 días de cierre, «el consistorio les continúa amparando y atendiendo». La edil recordó, en todo caso, que se trata de un recurso «temporal, un programa de emergencia y no un servicio municipal».

«No es agradable tener que derivar a un familiar al comedor social. Nuestras alternativas siempre pasan porque las familias cocinen en casa. Además, esas personas no tienen exclusivamente ese recurso sino que son atendidos por otras vías y son perceptores de otras ayudas», indicó la edil, quien aseguró que la buena coordinación entre las entidades y el consistorio permite que esas familias tengan cobertura en los recibos de luz, agua o incluso el alquiler.

«Revisar el modelo y mejorarlo»

En cuanto a la necesidad del cierre, el técnico de Bienestar Social y coordinador del comedor social, Enric Belda, explicó que la magnitud que ha cobrado el proyecto hace que esos quince días sean necesarios no sólo para revisar el modelo y mejorarlo, sino también para reorganizar a los voluntarios, ya que «las entidades y los voluntarios individuales no son siempre los mismos», y la reorganización solo se puede hacer en septiembre cuando estos ya conocen su disponibilidad y se pueden repartir las funciones.

«Además de responsables de cocina, sala y comedor, hay un grupo de cuatro personas que se dedica al estocaje, recepción de donaciones y valorar qué alimentos hay y qué falta», indicó Belda.

El consistorio creó este recurso en 2010 con la intención de dar un plato caliente a gente que no tenía medios para cocinar. Aunque el horario estipulado para este servicio se interrumpía en los meses de verano, el año pasado y éste, gracias a las parroquias y Cáritas se pudo continuar ofreciendo. Este verano, el Ayuntamiento de Benicarló ha contribuido con 1.500 euros mensuales, aportando el resto las parroquias y Cáritas.

El trabajo de voluntarios y ayuntamiento ha permitido que se estén gestionando menús por una media de entre 1,14 y 1,40 euros.