La Unió de Llauradors i Ramaders de Castelló prevé que las lluvias registradas desde finales de noviembre permitirán disponer de recursos suficientes para la campaña de riego estival en la provincia de Castelló, aunque advierte de que no hay que bajar la guardia porque «si no llueve esta primavera tendremos agua para riego, sí, pero en algunos puntos con muchas dificultades».

Esta fue la matización del secretario general de la Unió de Llauradors en Castelló, Vicent Goterris, que no obstante hizo hincapié en que los agricultores están «mucho más tranquilos» porque las precipitaciones parecen haber puesto fin de momento a «tres años de años de larga sequía».

No en vano, el agua acumulada en la provincia de Castelló en los embalses del sistema del Palancia, Millars y Sénia se ha incrementado en un 20% desde el mes diciembre, pasando de un 18% de la capacidad a un 37,14%. En suma, el total embalsado es de 84 hectómetros cúbicos, una cifra que supera en más del doble los 40 hectómetros cúbicos de finales de noviembre (el momento más crítico) y rebasa también los 65,9 de la segunda semana de diciembre, cuando un periodo de intensas lluvias llegó para aliviar la sequedad de las presas.

En aquel momento la situación comenzaba a ser preocupante, no ya por la falta de agua para riego en el momento, sino con la mirada puesta en los meses de verano en los que deben utilizarse recursos para mantener un mínimo volumen de riego y asegurar los cultivos, así como el abastecimiento para uso humano en determinados puntos del interior de la provincia.

De hecho, el dirigente provincial de la Unió de Llauradors recordó que las comunidades de regantes de Castelló están aplicando desde hace meses medidas estrictas de ahorro de los recursos hídricos. «Hay que seguir aplicando medidas de ahorro y las instituciones públicas deben adoptar las acciones necesarias ante una situación que, si no lloviera esta primavera, podría volver a ser preocupante», sostuvo Goterris.