El jueves fue un día especial para Ermin Alic (Pljevlje, Montenegro, 23 de febrero de 1992). Después de nueve largos meses, de mucho trabajo en solitario y un enorme esfuerzo, volvió a jugar. Lo hizo en la última jornada de la temporada pasada, pero tres días después (15 de mayo) sufrió un percance en pleno entrenamiento. El resultado: rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. Pasó por el quirófano, por la correspondiente rehabilitación hasta que por fin pudo volver a un terreno de juego. Su equipo perdió ante el Huracán, pero el montenegrino jugó los diez últimos minutos.

«Fueron diez minutos muy importantes para mí, pero obtuvimos un mal resultado en el campo del Huracán. El regresar a un terreno de juego me hará más fuerte; voy a mejorar», dijo el bravo futbolista que llegó al Villarreal B en verano de 2013 procedente del Rudar Pljevlja, de la máxima categoría de su país. La campaña anterior jugó 21 partidos, con 1.627 minutos y dos tarjetas amarillas.

Su objetivo a corto plazo son dos, claros además. «Ahora necesito minutos para coger mi máximo nivel, el que tenía antes de la lesión, y además volver a la selección. Eso me lo darán los partidos y el ritmo que vaya adquiriendo», destacó Ermin Alic, jugador fuerte, joven y ambicioso.

Estos últimos meses ha visto a su equipo desde la grada. Animando y pudiendo hacer muy poco para ayudarle. Él analiza la situación del equipo y comenta que «somos un equipo joven, que cada temporada sufre muchos cambios de futbolistas, y nos enfrentamos a rivales mucho más sólidos y con gente veterana. Podemos mejorar, claro que sí, y lo intentamos hacer en cada partido. En el equipo contamos con futbolistas de mucho nivel».