La tradición volvió ayer a cumplirse en l'Alcora y los «angelets» desfilaron en brazos de sus padres y padrinos hasta la ermita de Sant Cristòfol para dar gracias por la intercesión divina que, hace siglos, libró al municipio de una dura sequía. Los niños de 0 a 3 años, que de esta forma año tras año piden al cielo «agua y salud» fueron así los protagonistas ataviados con coronas y capas y tocados por alas de paloma en una jornada festiva que está declarada de interés turístico provincial desde 2009. En una edición especialmente multitudinaria, fueron cerca de cuarenta niños y niñas los que cumplieron con la «Romeria dels Infants», parte indispensable del «Día del Rotllo» en l'Alcora.
«Es una tradición que no solo se está manteniendo sino que está arraigando y en los últimos cinco o seis años son muchos los niños que participan en la fiesta», explicó ayer la alcaldesa de l'Alcora, Mercedes Mallol.
La comitiva partió desde primera hora de la mañana, tras recoger la cinta y el pequeño rollo que sirve de emblema a los romeros en dirección a la ermita. Pese a que no hay cifras oficiales, la participación fue «muy alta», según la alcaldesa. El tiempo ayudó a que se sumaran vecinos ya que «pese a que hizo más frío no ha llovido», explicó.
Tras la celebración eucarística y el tradicional almuerzo en las inmediaciones de la ermita, los romeros regresaron a la población, donde las festeras junto con las sutoridades locales se encargaron de repartir los «rotllos» que fueron bendecidos el domingo de Resurrección por la tarde.
El consistorio tenía preparados entre 7.500 y 8.000 rollos y ayer, finalmente se repartieron cerca de 6.500, según las cifras aportadas por Mallol por lo que hoy, día de la Dobla y de fiesta local en l'Alcora, se repartirán los 1.500 restantes, esta vez para degustar con chocolate.
Los vecinos volverán hoy a subir a la ermita de Sant Cristòfol en un segundo día de Pascua en el que se cumple con la tradición del almuerzo en las inmediaciones de la iglesia tras asistir a la eucaristía.