La Pascua se alargó ayer un día más en la capital de l'Alcalatén. Como todos los años, los vecinos repiten el ritual del lunes de Pascua y suben a la ermita de Sant Cristòfol a escuchar misa pero también a almorzar con amigos y familiares.

Esta vez no hay angelets ni agradecimientos al santo por inteceder ante la sequía de hace siglos, pero sigue habiendo rollos. Así, y como se viene haciendo desde hace siglos, los vecinos subieron a la ermita para asistir a la misa de las 10,30 horas de la mañana tras la que se repartieron los rotllos que sobraron del reparto realizado el lunes, a la bajada de la vistosa Romeria del Infants que este año reunió a cerca de cuarenta pequeños.

Según los cálculos del ayuntamiento, del total de casi 8.000 rotllos preparados para la ocasión, el lunes se entregaron cerca de 6.500 por lo que, para ayer, había preparados unos 1.500. La peculiaridad de este día, según destacó la alcaldesa, Mercedes Mallol, es que en el reparto de ayer, el rotllo se acompañaba de un trozo de chocolate.

Terminado el reparto llegó el momento de los almuerzos y de compartir las viandas netamente pascueras. Pese a que el sol estaba fuera, reinaba un ambiente frío que no desanimó a los grupos a despachar los almuerzos preparados.

Tras los dos días de fiesta y, al a espera del próximo día de Sant Vicent, los alcorinos celebrarán la Pascua Taurina que comenzará este viernes a las cinco de la tarde con la suelta de vaquillas de la ganadería de Germán de Cabanes. Por la noche se verán los primeros toros por las calles de l'Alcora con la embolada de dos ejemplares de Charnego.

El sábado, las vaquillas llenan el cartel por la mañana y será a las siete de la tarde cuando se pruebe un toro de Jacinto Ortega.