Finalizó el encuentro y saltaron chispas en el saludo final entre ambos entrenadores. Desde la distancia, no pareció muy amable la despedida y las ruedas de prensa no desvelaron gran cosa. Ramón María Calderé afirmó que el Real Unión «no» había sido «superior» al Castellón, lamentó las bajas de Pino, Negredo y Uriarte y avisó de que no daba por perdida la final, pese al 0-1 de la ida. Enfrente, el técnico del Real Unión, Aitor Zulaika, destacó «la presión asfixiante» del Castellón en la primera mitad, y valoró el «trabajo» de los suyos. «Hemos llegado enteros a la parte final. Aún no tenemos el premio, es una final de dos pasos y hemos dado el primero de ellos», dijo Zulaika.

En cuanto a la batalla de los banquillos, Calderé recomendó a su colega que tuviera más «humildad». «Es un chico que acaba de empezar», comentó, «y debería tener más humildad que la que ha tenido en los banquillos». No quiso entrar en detalles el técnico albinegro. El visitante, que al entrar a la sala de prensa saludó uno a uno a los presentes, fue escueto: «solo le he dicho que nos vemos en la vuelta».

Zulaika, que al acabar sus declaraciones también se despidió uno a uno de los periodistas, afirmó sentir una «alegría contenida». «Debemos controlar la euforia. Hay que mirar hacia adelante y ser mejores en la vuelta». Tuvo palabras de elogio al Castellón: «por campo, por afición y por equipo debería estar mínimo en una categoría superior».

Calderé, por su parte, lamentó no poder disponer de más recambios ofensivos. Pino y Negredo estaban sancionados y Jon Uriarte se quedó fuera por un problema muscular. En la parte positiva, lo que no es resultado. «Me quedo con que el equipo, juegue quien juegue sale y lo da todo, es competitivo. Dará la cara a la hora de la verdad. Estoy contento de que termine la Copa, solo queda un partido. Ahora podremos trabajar de una manera más ordenada. El resultado ha sido injusto y es una pena, pero estoy orgulloso del equipo», finalizó.