Preocupante imagen la dada anoche por un Villarreal que cuajó su peor partido de la temporada como local. A los amarillos se les vio muy cansados, faltas de ideas y de convicción para llevarse los tres puntos. Ni una ocasión entre los tres palos en la primera mitad refleja la desidia del equipo de Marcelino que pasa por su peor momento en la fase definitiva de la temporada. Por suerte, el Málaga perdió y el Athletic empató lo que da al Villarreal algo de seguridad a ala hora de defender la sexta plaza, único objetivo.

Desconocido el equipo que jugó la primera mitad. Ni un solo disparo entre los tres palos. A la falta de gol que acusaba el conjunto castellonense las últimas semanas se unió la falta de ocasiones. Los jugadores amarillos eran incapaces de controlar el balón entre otras cosas porque estaban muy estáticos, sobre todo en la zona ofensiva con un Vietto apático sobre el terreno de juego. Marcelino necesita el regreso de Cheryshev como el comer. Joel Campbell le pone ganas pero se queda en eso. Sus errores en el pase llegan a desesperar a todos menos al técnico que lo mantuvo sobre el terreno de juego los 90 minutos. Nada se puede hacer cuando esa desidia se contagia en hombres como Trigueros que tiene que ser el encargado de llevar el juego.

Todo lo contrario que el rival. Un Espanyol que se sintió dominador del partido desde el primer minuto. Los amarillos se veían acosados por la presión continúa de los pericos que llegaron a El Madrigal con la lección muy aprendida de cómo ganar al Villarreal escrita por el Sevilla.

Sin balón ni control local, el peligro solo era conducido por los catalanes, que sabían que podrían sacar mucho partido al juego aéreo. De esa forma llegó la primera ocasión visitante. Sergio García pone una pelota perfecta a Víctor Álvarez que cabecea al segundo palo pero por suerte aparecía Sergio Asenjo con el paradón que nos suele regalar al menos una vez por encuentro.

Esa ocasión dio más confianza al Espanyol que vio que el Villarreal no presentaba oposición. El gol rival se olía en el ambiente y llegó tras una carambola en el minuto 24. Lucas Vázquez estrellaba en el larguero una falta muy escorada que sorprendía a Asenjo, su rechace fue a Javi López que toca mal pero lo justo para que llegue hasta Felipe Caicedo, que le rebota en el muslo y se cuela dentro para subir el 0-1 en el marcador.

Solo habían transcurridos 24 minutos pero estaba claro que el Villarreal no le iba a dar la vuelta al marcador. Tal es así que la gente empezó a abandonar el estadio alimentando aún más la desidia que se vio sobre el terreno de juego.

La primera parte acabó por suerte para el conjunto de marcelino, a la espera de que el técnico diese con la tecla necesaria en el vestuario para hacer arrancar al pero submarino que se ha visto en El Madrigal esta temporada.

El equipo salió con una marcha más a la segunda mitad, demostrando rápidamente que chutar desde cualquier posición había sido la ordenada por el técnico asturiano.

Manu Trigueros tuvo el empate en su mano en el primer minuto, con un cabezazo que atajó Kiko Casilla en línea de gol. Una jugada seguida por otra oportunidad de Víctor Ruiz, que cabecea cruzado un córner en el segundo palo y Musacchio no llega por poco para remachar en el primer palo. El Villarreal parecía haber despertado, pero tenían que entrar en juego sus delanteros. El árbitro le pitó a Gio un fuera de juego cuando este ya se encontraba encarando a portería.

El empate empezaba a ser factible y Marcelino dio entrada a dos hombres más ofensivo: Sergio Marcos por Pina y Gerard Moreno por Vietto. Los cambios parecían haber surgido efecto ya que a la siguiente jugada Jonathan os Santos lanza una falta, Casilla despeja y el rebote cae a los pies de Trigueros que sin embargo chuta centrado a las manos del portero.

El técnico decidió tirar de las ganas de los chavales para intentar rescatar al menos un punto y dio entrada a Felipe Alfonso por Jonathan Dos Santos. Sin embargo, el extremo apenas tuvo tiempo de demostrar su valía ya que de nuevo Felipe Caicedo, con una jugada individual se va de Victor Ruiz y Musacchio y lanza al palo del portero en un claro error de Sergio Asenjo, y consigue marcar el 0-2 en la primera ocasión del Espanyol en toda la segunda mitad, que acabó con la única esperanza que tenía el submarino de no salir de vacío.

El segundo tanto dejó muy tocado al submarino que bajó los brazos y evitar una goleada se convirtió en el primer objetivo. El Espanyol, que lo pasó mal al inicio de la segunda mitad, empezó a sentirse cómodo de nuevo y a acercarse a la portería de Asenjo. El Tercero no tardó en llegar, obra de Víctor Sánchez. Por suerte,el Espanyol no quiso hacer sangre y el partido acabó con un 0-3 y con muy malas sensaciones, motivadas por un bajón físico en el peor momento de la temporada. Al menos, la sexta plaza aún sigue intacta.