La lengua, la cultura y los retos en ambas materias de cara a la próxima legislatura se pusieron ayer sobre la mesa en un debate celebrado en el Casal d'Acció Cultural de Vila-real. A excepción del Partido Popular -dado que no participó ningún miembro del partido-, representantes de Compromís, EUPV y PSPV-PSOE plantearon sus puntos de vista y propuestas de mejora en el ámbito local.

En el caso de Esquerra Unida, Alfonso Casalta, no dudó en asegurar que el valenciano está «herido de muerte», situación que atribuyó a las políticas de derecha. Algunos de sus planteamientos fueron en la línea de la creación de una oficina de promoción y uso del valenciano o el fomento de los cursos formativos para extranjeros. En cuanto a la cultura, abogó por democratizarla y aproximarla a los barrios.

Desde el PSPV-PSOE, Emilio Obiol, definió los ideales de su colectivo como valencianistas y socialdemócratas y subrayó la cultura como un derecho pero también como una oportunidad económica y de emprendimiento empresarial. En materia cultural, avanzó un posible plan de patrimonio a través del cual promocionar y conservar los elementos históricos y culturales de la ciudad.

Pasqual Batalla, en representación de Compromís, siguió apostando por la Concejalía de Normalización Lingüística, un área que «costó de parir», dijo, por lo que se negó a volver a una oficina de promoción del valenciano. Por último, apoyó la creación de una ley de igualdad lingüística, cosa que calificó como «la salvación».

Dada las raíces valencianistas de los tres grupos participantes, la sesión fue cordial y con más puntos en común que menos. En definitiva, todos coincidieron que el valenciano está en una situación de «retroceso» y apoyaron la creación de herramientas para dar difusión al patrimonio artístico y cultural de la ciudad. El debate estuvo moderado por el periodista Xavier Manzanet.