El Benicarló vio cómo se le escapaban los tres puntos en liza, en el derbi del Baix Maestrat, ante un Vinaròs que corrió como si se jugasen una final de copa y que contó con la ayuda de la diosa Fortuna, ya que llegó dos veces al marco defendido por Aguayo para marcar dos goles. Impecable el primero y de fortuna el segundo, que arrancó con un balón que pasó un jugador local a Espinosa.

Partido con mucha lucha, con un Benicarlo que lo intentó pero que nunca estuvo cómodo en el partido, dado el acoso visitante que no dejaba jugar a los locales como es habitual. Aun así el Benicarló llegaba a los dominios de Rubén a quien la suerte le ayudó a los 25 minutos, ya que el remate cruzado de Marcos Cano se estrelló en el pablo y salió fuera.

En la primera llegada clara al área local, José Miguel con poco ángulo batió al meta benicarlando. Mazazo, quizás por ser demasiado premio para lo que se había visto. Pero siete minutos más tarde un derribo de Ernesto sobre Héctor lo castigó el colegiado con penalti. Marcos Cano consiguió empatar el partido. El equipo siguió buscando un segundo gol y en una jugada de ataque el colegiado decretó final del primer tiempo sin dejar finalizar la jugada.

Deciden los visitantes

Tras el descanso el partido se embarulló, con multitud de faltas, en gran parte visitantes, para romper los intentos de juego del Benicarló. Un fallo de Víctor Esbrí, que entregó el balón a Espinosa, permitió al veterano jugador encarar a Aguayo y colarle el balón por encima. Luis de la Haba cambió jugadores, pero sin fortuna, porque Oscar Seva pudo empatar a los 73, pero su remate lo sacaron a córner. Otra jugada de Guillém con tiro cruzado que de nuevo acabó en otro saque de esquina. En resumen derrota de un Benicarló que mereció mejor resultado ante un rival que lo tuvo todo de cara.