Tras un primer intento fallido, en el que la plica quedó desierta al no presentarse ninguna empresa, el Ayuntamiento de Vila-real volverá a sacar a concurso público la próxima semana la gestión del restaurante El Molí y de la terraza de la piscina municipal de El Termet. Así lo anunciaron ayer el alcalde de la ciudad, José Benlloch, y la edil de la Ermita, Rosario Royo, en el marco de una semana en la que las instalaciones del restaurante se reabrieron para albergar el primer encuentro nacional de educación.
El munícipe explicó que, una vez se publique en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP), se abrirá un plazo máximo de treinta días hábiles para presentar las propuestas y, posteriormente, en un periodo de quince días, un comité -constituido por técnicos de los departamentos de Deportes, Congresos, Medio Ambiente y por el arquitecto municipal- valorará las ofertas y tomará la decisión. Teniendo en cuenta estos plazos, Benlloch prevé que la adjudicación pueda realizarse cerca del 15 de junio para poder encarar la temporada estival.
Benlloch insistió en que la idea es convertir el entorno de El Termet en un espacio de congresos y formación que se sume al que ya existe en el centro de la ciudad con la Casa dels Mundina, el centro de congresos o la BUC. En este sentido, el consistorio se reserva un derecho de utilización para la carpa exterior, el salón inferior y el salón superior del restaurante (con capacidad para 500 personas). Por el momento el alcalde quiere promocionar la ciudad, aunque comentó que no descarta para un futuro el implantar una tasa para las empresas o los centros que soliciten utilizar estos tres espacios, «siempre previo acuerdo y mientras no haya ninguna actividad municipal», matizó.
El primer edil quiso subrayar que las instalaciones se han abierto «cuando hemos recogido todas las condiciones legales necesarias». El edificio, ahora en su totalidad ya es de propiedad municipal, incluso, el material y mobiliario del restaurante, que el consistorio compró por 280.000 euros. El último de los trámites fue la adquisición de las licencias de apertura y de actividad y la instalación de una red de cámaras de seguridad conectadas con las dependencias de la Policía Local. Asimismo, Benlloch explicó que el restaurante «se ha ido manteniendo limpio y en perfecto estado», apuntó.
Condiciones
El munícipe explicó que la plica no responderá a la de un restaurante al uso y remarcó que se priorizarán las propuestas que vayan en la línea de la marca de ciudad educadora y ciudad de congresos. Y es que, para Benlloch y su equipo, el principal objetivo del proyecto es buscar un nuevo futuro huyendo de la «única finalidad de celebrar bodas, bautizos y comuniones».
Así pues, habrá dos tipos de criterios de adjudicación. En primer lugar, hasta un máximo de 35 puntos sobre cien, estarán los criterios económicos. La cantidad mínima anual (sin IVA) se ha establecido en 24.120 euros, lo que se traduce en un alquiler mensual de 2.432 euros (IVA incluido). En segundo lugar, los criterios en cuanto al proyecto podrán sumar hasta 65 puntos sobre cien. En este apartado, además de priorizarse que sea un proyecto relacionado con las actividades formativas y congresos, se primará el que se respete el entorno natural.
Por otra parte, el adjudicatario tendrá la obligación de costear los gastos de mantenimiento, luz y gas. Aunque no se descarta la posibilidad de que el futuro abastecedor pueda realizar alguna reforma en el local, Benlloch reiteró que «todo está listo para usarse y el material es bueno».
El primer edil remarcó la apuesta del equipo de gobierno por las colaboraciones público-privadas e insistió en que el ayuntamiento «no puede ser un competidor de los restauradores locales de la ciudad».
