VOX se presentó ayer en sociedad con sus aspirantes a las municipales y autonómicas. Concurre con candidaturas en tres localidades (Castelló, Vinaròs y Cabanes) y reivindica una derecha «sin complejos» frente al giro al «centroizquierda del PP». La formación tendió la mano a los simpatizantes y militantes del PP que se sientan defraudados y señaló que ya ha habido gente que se ha ofrecido a colaborar.

La candidata a la alcaldía de Castelló y número uno a las Corts Valencianes, Llanos Massó, causó baja en el PP hace unos días para dar el salto al VOX. Ayer cargó contra su anterior partido, al que acusó de navegar a la «deriva» y de haber renunciado a sus valores. «Si Rajoy estuviera en una empresa ya estaría en la calle porque no ha cumplido ninguno de los objetivos plasmados en el programa electoral», aseveró Massó, quien incidió en la marcha atrás del PP en aspectos como el del aborto o el matrimonio homosexual.

Según Massó, el desencanto entre la gente del PP está extendido. Desveló que gente vinculada al partido de la gaviota se ha ofrecido para colaborar con el nuevo proyecto político en Castelló. Pese a que ha habido contactos, no se ha producido ninguna incorporación relevante procedente del PP a las listas de VOX, que sólo ha podido armar candidaturas en tres municipios.

El partido lo dirige en la provincia Ignacio Soria, quien durante años ocupó diversos cargos de responsabilidad pública aupado por Carlos Fabra. Entre otros, la dirección de la sociedad pública Mundo Ilusión, de la Fundación de Festivales y de la promotora inmobiliaria de la diputación Vicasdi. Tras su salida de la entidad provincial, Soria trató de enrolarse sin éxito en Ciudadanos y acabó recalando en VOX.

En el acto de presentación de ayer resultó llamativa la presencia de José del Campo, el inseparable y fiel chófer de Carlos Fabra durante años en la diputación. Es indicativa del divorcio con el PP de sectores vinculados al expresidente provincial y de la diputación (quien cumple pena de prisión por fraude fiscal), tras verse relegados desde la llegada de Javier Moliner.

Los candidatos de VOX se presentaron como altavoz «de los descontentos y de los que se sienten olvidados». Rechazaron la etiqueta de extrema derecha. «Somos de extrema necesidad», proclamaron y abogaron por suprimir las autonomías para aligerar la carga administrativa.

La formación asegura contar con un centenar de afiliados en la ciudad de Castelló, donde aspira a obtener representación en el ayuntamiento.