La celeridad con la que la justicia ha finalizado la instrucción de la causa de la depuradora de Borriol, que afecta al ex vicepresidente de la diputación y alcalde de Vall d'Alba, Francisco Martínez, contrasta con el proceso judicial de su mentor Carlos Fabra, ahora en la cárcel por fraude fiscal.
Los tribunales dictaron la apertura del juicio oral a Fabra una década después de que empezara la investigación. El camino judicial del ex barón provincial comenzó en 2003 cuando un empresario de Artana presentó dos querellas en las que denunciaba que le había pagado cantidades millonarias para que intercediera ante el Gobierno a favor de sus productos fitosanitarios. Con la depuradora de Borriol esta decisión se ha tomado con sólo un año de diligencias. El que fuera mano derecha de Fabra será juzgado por dos delitos de prevaricación, cuatro de tráfico de influencias, siete de fraude ilegal y uno de negociaciones prohibidas.
En enero de 2014, Compromís denunció públicamente la existencia de unos terrenos de la familia de Martínez en el proyecto hídrico, que habría reportado al primer edil de Vall d'Alba unas ganancias de 50.000 euros en expropiaciones. En mayo, la fiscalía abrió una investigación y dos meses después propuso la formalización de una querella contra Martínez. En septiembre, el juzgado número dos de Castelló imputó a Martínez, y el viernes se decretó la apertura de juicio oral.
También se sentarán en el banquillo el ex alcalde de Borriol, Adelino Santamaría, los dos hijos de Martínez, el empresario Raúl Babiloni y su empleado Luis García Campillo, y el técnico de la diputación, Ignasi Sangüesa.
Por su parte, la instrucción judicial contra Carlos Fabra se prolongó más de diez años. Varias circunstancias incidieron en la dilación del proceso. Por un lado, las querellas contra Fabra por presunto tráfico de influencias y delito contra la salud pública se presentaron en un pequeño juzgado de Nules, y la denuncia de la depuradora se dirime en la Audiencia, con más medios y recursos. El tribunal del caso Fabra cambió nueve veces de jueces y cuatro de fiscales. Asimismo, la investigación se fue complicando y fue añadiendo nuevas causas mientras avanzaba. En 2005 incorporó el fraude fiscal. Contó, además, con la declaración de varios ex ministros de José María Aznar.
El juicio oral de Fabra se señaló en dos ocasiones. El primer intento, en 2010 y que imputaba a Fabra cinco delitos fiscales, tráfico de influencias y cohecho, fue corregido a la baja por la Audiencia -retiró cuatro delitos de los cinco tributarios-. El Tribunal Supremo enmendó a la instancia provincial y el titular de Nules volvió a formalizar en 2013 el juicio, en las mismas condiciones expuestas en 2010. Además de Carlos Fabra, se procesó también a su ex mujer, María Amparo Fernández; al ex senador, Miguel Prim, al empresario denunciante Vicente Vilar, y su ex esposa, Montserrat Vives. El juicio se celebró en octubre de 2013, en noviembre de ese año la Audiencia condenó a Fabra a cuatro años de cárcel por fraude fiscal y lo absolvió del cohecho y tráfico de influencias.
