Las máquinas acabarán el lunes con las ruinas del antiguo colegio Errando Vilar. La demolición del bloque se producirá justo tres semanas después de que un menor se precipitara desde el primer piso. Como anunció el Ayuntamiento de Almassora tras el accidente, la contratación del derribo y el coste de su ejecución, valorado en casi 37.000 euros, corre a cargo de las arcas municipales.
La Conselleria de Educación se desentendió de los trabajos al considerar que la parcela no constaba en su inventario. No obstante, la administración local cedió los terrenos para ampliar el IES Álvaro Falomir tras el abandono del centro en 2009 y siempre ha mantenido que las competencias del derribo eran autonómicas. El accidente precipitó un cambio de rumbo en la gestión, de manera que el ayuntamiento prefirió asumir la inversión en lugar de defender su postura por más tiempo.
Para ello, el consistorio reservó días atrás una partida de crédito y de forma inmediata solicitó presupuesto a tres empresas, pese a tratarse de un contrato menor, para elegir la oferta más económica. La demolición y retirada de los escombros costará a Almassora 36.990 euros.
A partir de entonces pasará a la historia el edificio alzado en la segunda mitad del siglo XX y que llevó el nombre del doctor Enrique Errando Vilar, padre del dibujante Javier (Errando) Mariscal. Su vínculo con la localidad se mantuvo durante años porque la familia pasaba los veranos en una alquería en la localidad y una de las hermanas del popular creador de «Cobi» fue reina de las fiestas en 1968.
La demolición zanja años de quejas del instituto anexo y acaba con un foco de delincuencia e intercambio de droga. La última reunión entre el consejo escolar del IES y el equipo de gobierno local se produjo en enero. Éste les trasladó las reiteradas peticiones trasladadas al Consell para el derribo del edificio. La administración autonómica fue demorando la demolición pero nunca se desentendió de la propiedad. Aún así, los concejales María Tormo y Luis Martínez tomaron nota de la petición del consejo escolar para reivindicar el derribo una vez más. La respuesta del Consell y el riesgo de que se repitiera el accidente aceleraron la intervención municipal.
Por su parte, el alumno de primero de ESO del IES Álvaro Falomir se recupera de las heridas sufridas al caerse desde las ruinas. El estudiante retomó las clases días atrás tras ser atendido en un centro de salud de la localidad y, posteriormente, en el Hospital General de Castelló en la mañana de Jueves Santo. Cayó desde el primer piso del edificio en ruinas al percatarse de que se acercaba un coche patrulla de la Policía Local, que acudió hasta el recinto después de que un profesor del instituto anexo solicitara la presencia de los agentes porque el menor estaba lanzando piedras.
