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'Els pelegrins' visitan Sant Joan

Trece vecinos recorren la distancia entre les Useres y la ermita recreando la rogativa de sus antepasados

La peregrinación se inició a primera hora de la mañana. Vecinos de la población esparciendo la hiedra fresca por las calles. f acf Els pelegrins de este año. f acf Calzándose las botas al salir del pueblo f acf Las mochilas, preparadas. f acf

Los 13 «pelegrins» de les Useres, 12 más el guía, iniciaron ayer a las ocho de la mañana el recorrido de más de 34 kilómetros hasta Sant Joan de Penyagolosa. Lo hicieron con una barba bien poblada que se estaban dejando crecer desde hace unas semanas para la peregrinación, además de contar con el hábito, el sombrero, la cruz, el rosario y el bastón típicos. Los romeros salieron de la iglesia descalzos y pisando la hiedra esparcida poco antes de empezar por los vecinos de les Useres, que les despidieron en el más absoluto silencio. Con ellos iba el Depositari dels pelegrins, Alfredo Royo, quién procuró que todo saliera según marca la tradición del siglo XVI.

Los cantores, que iban a la cabeza de la comitiva, fueron los únicos que rompieron la calma del momento con sus Overe Deus, bajo un cielo claro que indicaba que les esperaba un día con sol y muy primaveral, hasta con momentos de posible sensación de calor para los peregrinos.

Nada más salir de las calles de la localidad, els pelegrins se calzaron las botas que les habían llevado sus hijos y gente de la población. Este se convirtió en un momento de gran expectación por parte de los vecinos y visitantes que presenciaron la salida, así como también lo fue el momento en que pararon a rezar en el lugar donde se dice que murió un peregrino en una rogativa tiempo atrás. Tras ello, emprendieron el camino de ascenso de 34 kilómetros hasta el ermitorio de Sant Joan de Penyagolosa.

Los peregrinos van acompañados en todo momento por la comitiva, personas a los que se le denominan les càrregues, gente a pie y a caballo encargada de llevar la comida y todo aquello necesario para no perder las fuerzas durante el recorrido.

La tradición marca que para el menú se necesitan 15 kilogramos de arroz, 15 de bacalao, 10 de aceitunas, 2 de tomates, 2 de pimientos, 2 de alubias, 1 de sal, 1 de almendras, 6 docenas de lechugas, 60 de huevos, 2 litros de vinagre, 10 de aceite, 700 panes de 250 gramos, varias botellas de aguardiente, moscatel y coñac, varias pastillas de chocolate, higos secos, canela y azafrán.

A mediodía llegaron a Sant Miquel de Torrocelles, en el término de Llucena, donde rezaron y comieron mientras muchos vecinos, que habían seguido el mismo recorrido a una distancia prudencial, llegaban a la ermita en la que finalizaba el primer tramo de la procesión, desde la que siguieron su ascenso hasta el destino de la peregrinación. También hicieron una parada para merendar en la Font dels Possos de Xodos. Una vez entrada la noche, estaba prevista su llegada a Sant Joan de Penyagolosa, donde, ante el Peiró volvieron a descalzarse. Hoy regresarán a les Useres pero con un recorrido diferente, atravesando solo la población de Xodos. Llegarán siendo también de noche, y una vez dentro del pueblo, los tres clavarios de la fiesta repartirán un simbólico trozo de pan a los vecinos.

La tradición de esta rogativa se ha ido extendiendo, pues este año a parte de los habitantes del pueblo se ha reunido mucha gente extranjera, sobre todo ingleses y franceses.

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