El Castellón defiende hoy el liderato en el primero de los cuatro encuentros que le quedan para terminar la Liga Regular. Con dos puntos de ventaja respecto al Atlético Levante, que juega una hora antes en el campo del Ribarroja, los albinegros visitan el siempre complicado feudo del Atlético Saguntino, una de esas rivalidades soterradas durante décadas que han renacido en los últimos años en Tercera. El equipo local, en la zona media de la tabla, acumula un importante arsenal ofensivo, el suficiente para que los albinegros acudan sobre aviso. El Castellón ha visitado once veces la casa del Saguntino. Solo ha ganado una, en 1964.
«En caso de ganar, daríamos un paso muy importante», afirmó ayer el entrenador del Castellón, Ramón María Calderé, en la rueda de prensa previa al encuentro de esta tarde. «El Saguntino es un buen equipo, con un ataque de mucho nivel. Será un partido muy complicado», avisó el técnico catalán. El Castellón deberá sobreponerse a la ausencia de su mejor futbolista, Rubén Suárez, baja por lesión para las próximas cuatro semanas. «Es una baja importantísima, es innegable, pero debemos reponernos y tirar del carro entre todos». Calderé señaló un precedente esperanzador. «A Ontinyent fuimos sin Rubén, hicimos un gran partido y ganamos».
El sustituto de Rubén es la gran incógnita del once que emplearán los albinegros. Habrá continuidad en la mayoría de puestos, con algún cambio concreto para dosificar esfuerzos en el último mes del curso. Pero, sin cambiar de esquema, alguien deberá trabajar la zona de enganche que queda huérfana de la aportación de Rubén, máximo goleador y máximo asistente del equipo. Tras su destacada actuación en Cullera, cerca del área, adelantar a Meseguer se antoja como una opción plausible. Como sea, el plan a domicilio está claro para Calderé: «son campos para simplificar nuestro juego, no cometer errores para que el rival no viva de ellos. Ser prácticos, ese es el guión fuera de casa. En Castalia ya es otra cosa».
El Castellón jugará fuera pero a nivel de animación estará como en casa. Se espera la presencia de alrededor de 800 aficionados albinegros en el Camp Nou de Morvedre. Unos 750 ya habían adquirido en la tarde de ayer su entrada de forma anticipada. Un aliciente más para uno de los partidos clave de la temporada.
