El Ayuntamiento de Almassora inició ayer el derribo del antiguo colegio Errando Vilar. Tal como estaba previsto, las labores arrancaron a primera hora de la mañana en uno de los extremos del bloque abandonado, que en tres horas quedó reducido a escombros. Apenas dos operarios fueron suficientes para que las máquinas echaran abajo la estructura del edificio y acumularan los desechos para su traslado a una planta de tratamiento.
Los trabajos de demolición se extenderán durante una semana, frente a los tres días previstos en un primer momento, debido al volumen de hierro acumulado. Así lo ha calculado el arquitecto municipal que supervisa la intervención. Hasta la zona se desplazaron a primera hora los técnicos locales para garantizar el correcto desarrollo de la operación. También la Policía Local estuvo informada para evitar accidentes en las inmediaciones del solar.
No obstante, la primera fase del derribo se produjo con total normalidad a la espalda del IES Álvaro Falomir.
La demolición del edificio apenas tuvo repercusión en el distrito, más allá del ruido y la suciedad generados por los escombros. No fue necesario vallar el recinto ni ningún agente tuvo que limitar el acceso a los vecinos, como sí ocurrió con el derribo del antiguo ayuntamiento tiempo atrás. Los operarios desempeñaron sus funciones sin ningún curioso en las inmediaciones.
Los trabajos se extenderán durante toda la semana y será el próximo lunes cuando arranque la retirada de los escombros. Esta fase tiene un plazo de dos semanas debido al volumen de desechos acumulados, según informó ayer Urbanismo, de manera que a mediados de mayo el solar esté limpio. En conjunto, la intervención tiene un coste de 36.990 euros y corre a cargo de la empresa que presentó un presupuesto inferior de las tres consultadas por el Ayuntamiento de Almassora.
La coordinación con el IES Álvaro Falomir ha permitido que los trabajos se desarrollen en el momento indicado por el instituto para interferir lo mínimo posible en la actividad docente. De hecho, la celebración del Día del Libro la semana pasada fue la causa del retraso en la intervención en el recinto anexo, donde resultó herido un menor en la mañana de Jueves Santo al precipitarse desde el primer piso del edificio en ruinas. Este fue el desencadenante de que el consistorio acelerara un derribo que la comunidad educativa llegaba esperando años y del que Conselleria de Educación se desentendió.
