El último pleno de la diputación antes de las municipales sirvió para que el gobierno del PP sacara pecho de su gestión y del cambio de estilo que ha imprimido el presidente Javier Moliner en contraste con el de su predecesor, Carlos Fabra. Por su parte, el PSPV denunció que «los vicios estructurales» persisten en la entidad pese a la capa de «maquillaje».
Con las elecciones a la vuelta de la esquina, los socialistas presentaron una moción instando a adoptar un nuevo modelo de gobernanza provincial en que los municipios asuman todo el protagonismo y no haya un reparto partidista y clientelar de las ayudas por parte de la diputación. El PP respondió alardeando del «cambio gigante» que ha impulsado Moliner en la diputación, incluso en el «comportamiento» político de la entidad.
El portavoz popular, Miguel Barrachina, argumentó que la diputación «trata por igual a todos los ayuntamientos» y destacó que ha triplicado las ayudas regladas respecto al anterior mandato, mientras que los convenios singulares (aquellos que se firman de forman directa con los ayuntamientos al margen de las convocatorias públicas) apenas suponen «el 2 ó 3 % del presupuesto». Así mismo, subrayó que las formas no son las de antes, como demuestra que, a pesar de su mayoría holgada, el PP ha pactado con la oposición un reglamento interno o la celebración de una cumbre de alcaldes y del debate sobre el estado de la provincia.
El portavoz socialista, Francesc Colomer, consideró que las palabras de Barrachina constituyen una «enmienda a la totalidad» a 16 años de «fabrismo». En todo caso, aseveró que el gobierno de Moliner no ha logrado «redimir a la diputación de sus vicios estructurales. «No han hecho una voladura controlada de su pasado. Barnizar o maquillar no es transformar», aseguró.
PSPV y Compromís preguntaron a Moliner qué ha sido de su propuesta de una tercera urna para las elecciones. El presidente provincial planteó hace unos meses, en el transcurso del primer debate sobre el estado de la provincia, que los diputados provinciales sean elegidos directamente por los ciudadanos en las urnas en lugar del actual sistema de designación indirecta mediante el aval de los concejales. Nunca más se supo de aquella propuesta y Moliner no aclaró ayer nada al respecto.
