La política fiscal ha sido el principal instrumento que ha utilizado el Ayuntamiento de Castelló para poner orden en las cuentas municipales. Los ingresos por el Impuesto de Bienes Inmuebles han aumentado un 14 % en los tres últimos años, mientras los de la tasa de las terrazas se han triplicado, según el informe del plan de ajuste de 2014.
Alfonso Bataller recibió en 2011 de Alberto Fabra unas arcas municipales insostenibles; con 48 millones de euros de facturas impagadas y con los ingresos procedentes de la construcción en barrena. En 2012 aprobó, al igual que la mayoría de ayuntamientos españoles, un plan de ajuste, una condición exigida por el Gobierno para avalar un crédito de 48 millones de euros. A partir de ahí congeló inversiones y aplicó recortes en el gasto ordinario no comprometido, pero el grueso de los ajustes se llevaron a cabo en materia tributaria, tal como evidencia el plan de ajuste. Revisó al alza una veintena de tributos, aplicándose la principal alza en el IBI, que es la principal fuente de ingresos del consistorio.
Así, según el citado informe, la recaudación de la contribución ha subido en tres años en 7,5 millones de euros, pasando de los 51,1 millones a los 58, mientras el IBI de características especiales ha ascendido de lo 5,3 a los 6,8 millones. Por su parte, una de las tasas que más ha aumentado ha sido la de mesas y sillas. En 2012 este gravamen ascendió más de un 100 %. El incremento provocó críticas por parte de los hosteleros, lo que llevó al ayuntamiento a aminorarlo un 10 % en 2014. No obstante, el balance municipal indica que los ingresos han subido en esta tasa de los 200.000 euros en 2012 a los 570.999 en 2014.
En impuestos, las cuentas municipales han recaudado nueve millones más desde 2012. Esta recaudación y la contención en el gasto han permitido acabar con el desfase presupuestario. En 2013, el consistorio puso coto al déficit anual y el año pasado el remanente se situó en los 3,5 millones, cifras que no alcanzaban desde los años de precrisis.
Más plusvalía en 2014
El informe de liquidación presupuestaria de 2014 pone de manifiesto un leve repunte de la construcción, ya que el impuesto de plusvalía tuvo una desviación de 1,9 millones de euros respecto al presupuesto de ingresos inicial. Por contra, pone de relieve que los problemas económicos en las familias continúan. Al respecto, los ingresos del IBI cayeron en 2014 cerca de 2,2 millones de la previsión inicial, y en este caso el origen se encuentra en impagos. Como muestra, los ingresos procedentes de recargos tributarios por retrasos crecieron en 662.00 euros, y los intereses de demora en 296.387. Mientras, también han crecido en 218.448 las multas de tráfico, con lo que el global en estas sanciones ha rondado el millón de euros.
Objetivo: la deuda
El reto del ejecutivo local que surja de las elecciones del 24M será rebajar la deuda a la largo plazo. En 2014 se redujo de los 113 a los 97 millones. El equipo de gobierno prevé llegar a los 55 millones.
