José Pascual Colás, presidente de la Junta de Festes, repite al frente de este organismo que le consume muchas horas del día pero que, a su vez, le reporta gran satisfacción. No obstante, siempre ha estado involucrado en el mundo festivo. Fue fundador y miembro de la peña La Merla y también formó parte de la Comissió de Penyes.

Volvió a presentarse para la reelección de la presidencia de la Junta de Festes. ¿Está contento con la decisión?

Inicialmente, y por circunstancias personales, no quería presentarme pero hubo mucha gente que me animó y, al final, lo hice. Son semanas de muchísimo trabajo. Estoy cansado, estresado y agobiado pero sé que lo tengo que asumir. La experiencia me dice que luego todo sale bien pero en estos momentos los ánimos no están en su mejor momento. Es cierto eso de que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.

¿Qué novedades hay este año?

Las fiestas se basan en la tradición, pero siempre intentamos modernizar o adaptar los actos sin que pierdan su esencia. Como está siendo habitual en los últimos años, tenemos casi 250 actos. En cuanto a las novedades, este año todas las entidades que participarán en la ofrenda llevarán un 'garbonet'. Hemos querido recuperar este gesto como uno de los símbolos tradicionales. Además, después de la ofrenda y de la hoguera, habrá un concierto manual de carrillón en el que se interpretarán piezas de diferentes estilos musicales.

¿Ha variado mucho el presupuesto con respecto a otros años?

No, seguimos como en los último años, aunque al final siempre hay pequeños imprevistos que inicialmente no se pueden contemplar como, por ejemplo, si se rompe algún elemento. También hay que decir que las fiestas de Sant Pasqual siempre cuestan más dinero ya que hay más actos que en las fiestas de la Mare de Déu de Gràcia

¿Cuál es el principal objetivo para estas fiestas?

Que las cosas salgan lo mejor posible, esa es mi obsesión. Porque tras un acto, aunque desde fuera no se vea, hay muchas horas de trabajo y quebraderos de cabeza para que todo esté atado.

¿Qué es lo más complicado o lo que peor lleva?

Organizar y encajar todos los actos. Estos días mi teléfono echa humo con mensajes, llamadas y correos electrónicos. Muchas veces, me llaman para comentarme alguna incidencia y cuando estoy intentando solucionarla me llaman con otro problema por lo que casi no tengo ni tiempo.

¿Qué es lo mejor de todo?

Poder continuar celebrando nuestras fiestas y sentir que todo el colectivo está satisfecho con los resultados.

Hay quienes comentan que el fútbol condiciona demasiado los festejos.

Contentar a todos es muy difícil, pero también tenemos que tener en cuenta que el Villarreal nos ha hecho conocidos a nivel internacional y mueve a mucha gente, por lo que requiere de una atención especial. Hay opiniones para todos los gustos pero ahí también está la grandeza de la democracia.