Todo iba bien hasta que recibió una orden de su nueva jefa de zona: tenía que trasladarse a las oficinas de Vinaròs después de 30 años como director en la sucursal de Bankia en Traiguera. Ante su negativa a irse con evasivas por la premura en el traslado, el volumen de trabajo en marcha y problemas de salud sobrevenidos, la directora de zona de Vinaròs desembarcó en la sucursal de Traiguera y comenzó a descubrir un reguero de casos donde presuntamente se había obrado incorrectamente con el capital de los clientes. El lío es considerable. Dinero de unos vecinos en manos de otros.
Según se desprende del relato de los hechos de los afectados, el exdirector de la oficina de Bankia llevaba una especie de doble contabilidad, con la que a su criterio contable, trataba de contentar y dar respuesta a los contratiempos y compromisos que le iban surgiendo, disponiendo libremente del capital de quienes habían confiado en esta entidad para guardar sus ahorros. La casuística de afectados es cuantiosa y muy diversa.
Fuentes de la entidad financiera explicaron que, ahora, meses después de que saltara el escándalo y una vez la polémica ha llegado a los medios, estudian «qué acciones emprender contra este señor», en referencia al que fuera el director de la sucursal.
Bankia prefirió por confidencialidad no desvelar el número de clientes afectados ni las cantidades, que tampoco se conocen con exactitud. Fuentes del departamento de Comunicación de Bankia precisaron que «ya se ha devuelto dinero a algunos afectados», mientras que otros «han percibido de más». Las reclamaciones, explican «son abordadas y tras su estudio si tienen razón se les devolverá integramente el dinero sin ningún problema».
Aunque sin cifras oficiales, el agujero dejado por el exdirector podría rondar los 2 millones de euros.
Primeros casos en 2008
Los primeros casos conocidos, que podrían superar el centenar, arrancan en 2008, aunque un vecino explicó ayer a Levante de Castelló que se retrotraen «desde que íbamos en pesetas». Es el caso de Juanvi Llanes, un vecino de la localidad que en 2008 decidió ir al banco para cancelar su hipoteca que se extendía hasta el 2020.
El director de la oficina le acusó recibo del pago, le hizo la carta de pago, «hay escritura de cancelación ante notario y se pasó por el Registro, pero no hay constancia documental. Se lo comenté y desde entonces cada mes me pagaba el dinero en mano por las cuotas y decía que se trataba de un error», explica Llanes. «Supongo que es a raíz de su traslado cuando ya no puede manejar desde aquí que me empiezan a llegar recibos de la hipoteca y ahora resulta que tengo una hipoteca hasta el año 2010», explica este afectado.
Llanes cobra una modesta pensión y decidió en enero dejar de pagar a Bankia por una hipoteca que ya canceló al no poder afrontar más de 500 euros con una pensión de 800. «Me han puesto en la lista de morosos y lo que reclamo me dicen que pague y es cuestión de un mes o dos que se arreglaría».
Otros casos conocidos, explica Llanes, son el de gente que hizo un depósito de plazo fijo de 150.000 euros y que «al ir a cobrar allí no había nada», señala este afectado. En Traiguera todo el mundo cuenta casos conocidos, desde láminas y documentos falsos o no oficiales de plazos fijos. José Arnau declaró que le falsificaron la firma e iban sacando poco a poco cantidades, pero que no sabe dónde está ahora el dinero.
Los afectados no se han asociado y cada uno sigue su vía judicial que cree oportuna, desde penales a otras. Entre los afectados señalan que el director «no se llevó dinero, tan solo llevaba una contabilidad muy sui generis, por lo que de no existir falsedad de documentos ni apropiación, todo podría tratarse de irregularidades contables o falta de diligencia a la hora de contabilizar reintegros, aunque está claro que era cabeza visible y apoderado de Bankia, que es quien debe responder».
Silencio de Bankia
Ángel Pla, uno de los abogados que agrupa a decenas de afectados, lamentó «la poca predisposición de Bankia a solucionar este problema» que afecta a muchos vecinos de Traiguera. La responsable de zona de Vinaròs anima a los afectados a presentar reclamaciones extrajudiciales para solventar sus casos con el ánimo de solventar las cosas con mayor celeridad. «Pero luego vemos que su actitud es totalmente pasiva y nadie contesta las reclamaciones de los afectados», explica Pla.
El exdirector de la sucursal estaría ahora en contacto y colaborando con los afectados.
