Una asociación que dirige la hija del presidente de la Junta de Festes, Jesús López, asumió la organización de la carpa alemana durante las pasadas fiestas de la Magdalena, tal como admitió ayer López en el consejo rector del patronato municipal, que se reunió para abordar las cuentas de 2014 y la liquidación de la fundación, que ha sido reemplazada por un patronato.
López achacó ayer el retraso en la adaptación a la nueva estructura del patronato a la falta de medios, y justificó el trabajo de su hija en la carpa por «problemas» con el anterior gestor de la carpa, según explicaron representantes del PSPV y Esquerra Unida presentes en la reunión. Los munícipes populares -Miguel Ángel Mulet, Marta Gallén y Joaquín Torres- hicieron una defensa cerrada de López y le agradecieron el «éxito» organizativo de la pasada Magdalena. Germán de Eugenio (EU) y José Miguel Sobrino (PSPV), en un ambiente tenso, cuestionaron la «falta de transparencia» en la vieja fundación, tal como han puesto de manifesto, recordaron, los informes del interventor municipal desde 200, en los que ha venido advirtiendo que «se ha omitido información necesaria, por lo que no se han podido realizar las funciones de control interno».
El presidente de la junta reiteró que trabaja de manera altruista y censuró que se lancen sombras sobre su gestión. Los portavoces de la oposición insistieron en la «opacidad» de los balances de fiestas.
De Eugenio, en este sentido, se preguntó si es ético que se encarguen contratos «a dedo» en Magdalena cuando las fiestas se nutren de fondos del ayuntamiento. Consideró cuestionable que se eligiera para la carpa alemana a una asociación que preside la hija del propio presidente de fiestas. López explicó que en 2014 hubo otro gestor pero que decidieron sustituirlo por ella porque «hubo problemas con la gente que controlaba las barras», señaló en la reunión, según de De Eugenio. El representante de EU denunció que esta actividad carece «de contrato» e instó al ayuntamiento a aplicar el modelo que emana del patronato, por el que el ayuntamiento ha de hacer frente a la parte económica de la organización festera, una potestad que con la fundación correspondía a la junta.
La fundación nació en 1988 y otorgó total independencia a la Junta de Festes, pero a partir de 2006, con la incorporación de Castelló a la Ley de Grandes Ciudades, debía transformarse en un patronato para incrementar la fiscalización del ayuntamiento, que se hace cargo del apartado económico. En 2014 se activó el nuevo modelo pero continuó operando la fundación al no disponer de medios. Este sistema requiere, una ordenanza que el interventor reclama sin éxito desde 2012.
«Han estado fiscalizadas»
El concejal de Fiestas, Joaquín Torres, destacó que las cuentas de la fundación «son legales y han estado debidamente fiscalizadas» pero admitió que se se debía adecuar a Grandes Ciudades.
