Dos números marcó ayer con rojo Amparo Marco, candidata del PSPV a la alcaldía de Castelló, tras cerrarse el escrutinio de la ciudad. Por un lado, el 24, pues tenía que ser un 24M para que el PP dejase atrás una etapa de 24 años de gobierno con mayorías absolutas: «Los ciudadanos han decidido abrir las ventanas del ayuntamiento para que entre aire fresco», exhaló. El segundo guarismo es el 3, porque, aunque parezca mentira, apenas 3 son los votos que le han apartado de lograr siete concejales. Eso sí, la mirada la tiene ahora en el voto extranjero que está pendiente de contar en Castelló, que podría subir esos seis concejales con los que, de, momento, se conforman.

El PSPV tiene motivos para la reflexión y la autocrítica, pues los resultados de ayer les dejan con 3 concejales menos que hace cuatro años. Pero ayer no había hueco para la depresión ni para la tristeza. Las matemáticas son muy claras: el PP se desmorona con 8 concejales, el PSPV logra 6, Ciudadanos 5 y 4 respectivamente Compromís y Castelló en Moviment. Las fuerzas progresistas, si se ponen de acuerdo, dejarán atrás las dos largas décadas de absoluto poder de los Gimeno, Fabra y Bataller.

Y con esa reflexión, Amparo Marco salió eufórica para dar «las gracias a la ciudadanía por haber confiado en el PSPV para liderar ese cambio que reclaman en la ciudad». El auditorio que le esperaba en la sede socialista de Carcagente estaba, por supuesto, entregado, y durante dos largos minutos ovacionaron a la candidata al grito de «alcaldesa, alcaldesa». Amparo Marco se mostró comedida en sus comentarios, aplaudió a los vecinos que «han votado a otras fuerzas políticas de progreso» y lanzó un guiños a sus hipotéticos socios de futuro al darles la «enhorabuena» por haber logrado representación en el ayuntamiento.

No quiso avanzar estrategias ante el respetable más allá del «trabajo» y «diálogo» que ya anunció a partir de hoy lunes. Pero en los pasillos dejó clara una realidad: el PSPV es la fuerza más votada de las tres que podrían sumar la mayoría del cambio y como tal lo ven como una posición de fuerza «incontestable» para reclamar la alcaldía para las siglas socialistas en un probable pacto a tres bandas con Compromís y Castelló en Moviment.

La candidata, interrumpida en más de una ocasión por sus compañeros de partido y respaldada por toda su candidatura, agregó que es tiempo de «acción», por lo que insistió en que se pondrán a trabajar «mirando hacia adelante, con un ayuntamiento de cristal y con la intención de plantar cara a Valencia y Madrid». La meta «no puede ser otra que trabajar por solucionar los problemas de los vecinos de Castelló», para lo que prometió «no mirar atrás ni al lado», sino defender un modelo de futuro «que ponga a las personas por delante». La candidata socialista aseguró finalmente que no defraudaran a los ciudadanos « porque somos un partido socialista, obrero, español y castellonero».

Balance provincial

Francesc Colomer, secretario provincial del PSPV, vivió ayer un momento feliz. Muchos años, como reconoció, «dando la cara en noches como la de hoy», pero siempre con resultados aciagos, demoledores, para los intereses socialistas. Aunque ayer era distinto. Acompañado por los miembros de la candidatura autonómica socialista, Colomer recordó que «hemos sabido perder y hoy también sabemos ganar» al destacar que la provincia de Castelló «ha votado progreso y quiere que los socialistas estén liderando ese cambio».

Colomer consideró que, con los resultados de ayer, «va a haber un cambio radical tras más de 20 años de caciquismo en esta provincia». Aplaudió a Amparo Marco por tener la posibilidad de encabezar un nuevo gobierno municipal de progreso en la capital de la Plana, ensalzó a José Benlloch por lograr la mayoría absoluta en Vila-real y se atrevió a hacer casi las cuentas de la lechera al señalar que «de las 33 alcaldías que teníamos antes, vamos a tener ahora la posibilidad de optar a 70 ayuntamientos de la provincia», reflexión que fue recibida con fervor por los militantes socialistas presentes, entre los que se encontraban personalidades contrastadas como Javier Sanahuja, Ignacio Subías, Vicent Gil o Susana Ros, entre otros.

Para concluir Colomer quiso lanzar un mensaje claro, que no es otro que el de agradecer a la ciudadanía «que haya apostado por tener unas instituciones diferentes». Reconoció, eso sí, que se abre un nuevo tiempo en la política con la irrupción de nuevas fuerzas. Un periodo que «los socialistas afrontamos con ilusión porque diálogo, humildad y responsabilidad nos nos faltarán tras haber soportado casi en solitario años y años de caciquismo que, por fin, pasan a la historia».