Javier Moliner dejó claro ayer que quiere contar con Vicent Sales para la diputación. Sales se ha quedado fuera del Ayuntamiento de Castelló y, por tanto, no puede optar a la diputación a no ser que un compañero renuncie al acta. Si no es Bataller, tiene todos los números alguno de los tres independientes que han salido elegidos (Carlos Feliu, Vicent Guillamón y María José Arquimbau). En la noche electoral, los independientes manifestaron su disposición a ceder el acta si así se lo requiere el partido.
Por otra parte, Javier Moliner se reafirmó ayer en su balance de las elecciones municipales y autonómicas, al atribuir la responsabilidad al «deterioro» de la marca nacional». «Es momento de autocrítica al más alto nivel y de analizar el declive de una marca por el hartazgo de los ciudadanos. Debemos hacer esa reflexión con espíritu autocrítico», proclamó.
Sobre la asunción de responsabilidades por los malos resultados en la provincia, Moliner dijo que el PP castellonense asumirá«las que nos corresponda», pero incidió en que la situación se da en toda España, por lo que se trata de un «problema global». «Hay alcaldes que se ven en la oposición con una gestión extraordinaria y tras haber concurrido con una candidatura sin ningún pero ni tachadura, simplemente porque una masa de votos no apegada al territorio se ha posicionado en clave global», aseveró.
El presidente provincial rechazó que haya una particularidad en Castelló o en la Comunitat Valenciana. «La marca es la misma, para lo bueno y lo malo, y el castigo ha sido a la marca. Ha habido transversalidad en lo que ha ocurrido», apostilló. «O el PP es capaz de restablecer los valores positivos de la marca o si no estamos vendiendo un excelente producto con una muy mala marca. Y cuando uno vende un buen producto con una mala marca no se lo compran».
