Ayer domingo y, pese a que habría sido perfecto un fin de semana de playa en Benicàssim, me tocó trabajar. De fondo en la redacción del periódico, el partido entre el Real Madrid y el Valencia Basket del play-off por el título en la ACB. Inevitablemente, a cada canasta que anotaban (preferiré omitir en cuál de los dos me alegraba más o menos) me acordaba de lo vivido el pasado martes en el Ciutat de Castelló.

¡Qué emoción! ¡Qué partidazo! ¡Qué orgullo tener al Amics del Bàsquet en LEB Oro! Nos hicieron sufrir a más no poder, pero al final valió la pena. Se había presagiado en temporadas anteriores pero ha tenido que ser esta, en la que el club de Luis García celebra su 20 aniversario, en la que ha llegado el ansiado -y merecido- ascenso de categoría.

Atrás quedan los numerosos y sufridos partidos de la fase regular; los doce del play-off contra Ávila, Lucentum de Alicante y CEBA Guadalajara; incontables kilómetros en autobús para llegar a todas las canchas habidas y por haber de este país... Pero mucha satisfacción.

El Amics de Toni Ten ha hecho historia. Y no solo eso. Ha devuelto la ilusión a los amantes del baloncesto provincial. Ver abierto el segundo anillo del pabellón, con infinidad de aficionados vestidos de verde, animando a los suyos, silbando a los otros, pitando cada mal arbitraje (que ha habido alguno que otro a lo largo de la temporada) y vibrando con cada canasta de los suyos no tiene precio. Esos abrazos entre los aficionados más jóvenes y los jugadores en medio de la pista, los besos de Luis García y Toni Ten, las sonrisas y las lágrimas, los gestos de victoria... ¿Qué más queréis que os diga? De carne de gallina.

Ahora bien, los jugadores y cuerpo técnico ya han hecho lo que les correspondía. Se han ganado el ascenso por méritos propios, dejándose la piel en cada partido, pero ahora queda otro aspecto por solucionar que no sé si es igual o más difícil de conseguir. Y es que para que ese sueño sea real al cien por ciento falta que el club logre los 180.000 euros que se les exige de aval (más 36.000 euros de cuota) para estar en Oro y ahí es donde las instituciones y las empresas privadas tienen que dar también un paso al frente. El Amics, por toda su gente y por lo que ha conseguido, bien se merece ese esfuerzo.