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Los comerciantes temen más el corte de tráfico que los días de cierre obligatorio

Vila-real impone restricciones por el derribo de los antiguos juzgados, que empieza el lunes

Los comerciantes temen más el corte de tráfico que los días de cierre obligatorio

Los comerciantes de la zona centro de Vila-real tienen asumidos los inconvenientes que comportarán las obras de demolición de los viejos juzgados, que comenzarán el próximo lunes. Los ediles de Territorio, Emilio Obiol y de Economía, Pasqual Batalla, les explicaron el martes en qué consistirán estas restricciones que se basan, principalmente en el cierre del mercado central y de las terrazas en la plaza Colón durante dos días y, sobre todo, en el corte al tráfico de la plaza Colón y varias calles adyacentes, así como la prohibición de aparcar en el entorno. Precisamente, es esta última medida la que ha generado más recelos.

Todos aceptan y entienden que, por seguridad, deben respetar y acatar las órdenes del consistorio de cerrar los días 15 y 18 de junio las paradas del Mercado Central y las terrazas de la plaza Colón. El lunes día 15 no supondrá un gran problema ya que los propios comerciantes reconocen que suele ser un día «flojo», algunos, incluso, cierran habitualmente sus locales como día de descanso Los establecimientos podrán seguir funcionando pero cuatro de los principales locales son bares y cafeterías que viven «gracias a las terrazas», comentó uno de los propietarios y esos días las ventas se resentirán al no poder ofrecer a los clientes una mesa al aire libre.

Lo que no ven con tan buenos ojos, aunque igualmente aceptan, es la prohibición de aparcar y de circular, a excepción de los vecinos que están autorizados en la plaza Colón. En el caso del aparcamiento, afectará a la calle Juan Pablo II y al último tramo de la calle Ermita (desde la calle Aviador Franco hasta la Plaza Colón ) desde el 15 de junio hasta el 10 de julio. Asimismo, el último tramo de la calle Ermita permanecerá cortado del 15 al 19 de junio. Pese a que aparcar por la zona no es fácil los comerciantes dicen que el problema «se agravará». Sin embargo, la idiosincrasia del Mercado Central es algo diferente. Y es que, según explican, la mayor parte de sus clientes acuden a hacer la compra andando por lo que, en general, el corte de las calles no lo ven un trastorno muy significativo. Lo que, tanto vecinos como comerciantes, tendrán que soportar es el grueso de los ruidos que se espera para la próxima semana cuando se bajarán y se partirán las viga y el polvo que la obra generará. Obiol explicó que las zonas por las que podrán pasar los peatones estarán protegidas con una estructura metálica con cubierta. Asimismo, aseguró que los agentes de la Policía Local estarán controlando y para los que los vecinos y su cómodo y fácil acceso a sus casas será una «prioridad».

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