La residencia de Cáritas Interparroquial de Borriana ha celebrado estos días su cincuenta aniversario con una gran fiesta presidida por el obispo de la diócesis, Casimiro López Llorente. La residencia, que comenzó su trabajo en Borriana atendiendo únicamente a nueve ancianos, cuenta actualmente con 54 habitaciones individuales, todas ellas completas y con internos de todas las edades. Muchos han sido los borrianenses que a lo largo de estos cincuenta años han pasado por un centro, que se ha caracterizado por el buen hacer y por una manera de tratar a los internos «muy humana y muy cercana, como es la filosofía de Cáritas Interparroquial», tal como explicó la directora de la institución en la ciudad Pilar de Miguel.

«El trato es muy bueno y los residentes se encuentran my a gusto, como demuestra el hecho de que incluso hay gente esperando para poder entrar, puesto que en este momento estamos completamente llenos», indicó.

Evolución

En el medio siglo de existencia de este centro han cambiado mucho la manera de hacer las cosas y de entender la atención a las personas mayores. «Hasta abril de 1992 el centro estaba atendido por religiosas, pero en ese año la Generalitat Valenciana nos concedió quince plazas concertadas y actualmente hay 25», comentó De Miguel. Y es que en cincuenta años han cambiado mucho las normativas y las leyes respecto al cuidado de las personas ancianas.

«Al principio era como un hotel, en el que los residentes tenían sus propias llaves», aseveró la representante de la instalación, que recordó que, sin embargo, «ahora las personas que atendemos tienen un estado de salud un poco más deteriorado, por lo que tenemos que seguir una serie de normas al respecto».

Las habitaciones, todas individuales, están adaptadas tanto a la entrada de camillas como a las sillas de ruedas. «También tenemos rampas para la entrada de ambulancias y cumplimos cualquier tipo de normativa de residencias, aunque seguimos sobreviviendo de los donativos que se hacen a la iglesia y de subvenciones públicas», dijo la directora.

Los internos cuentan con numerosas actividades, coordinadas por un equipo de fisioterapeutas, psicólogos, trabajadores sociales y animadores socioculturales, con un total de 37 empleados que se encargan de que los residentes estén constantemente atendidos. También es muy importante la labor de las familias. «Tienen acceso a visitar a sus mayores durante prácticamente todo el día, ya que solo se restringen los horarios de comidas», dijo la directora, que recordó que «muchos internos están solos porque los hijos viven fuera, pero el contacto es constante».