El pleno municipal de Vila-real aprobó ayer por unanimidad la modificación de la ordenanza que regula las becas de comedor y por la que se contemplan todos los meses lectivos dando servicio también en los meses de junio y septiembre. La edil de Servicios Sociales, Sabina Escrig, cifró en 60.000 euros el gasto que supondría para el consistorio en caso de que la Generalitat «no llegue a tiempo para hacerse cargo de la parte que le corresponde». En caso contrario, la cuantía ascenderá a 16.000 euros.
«La Constitución garantiza el derecho a la educación de todos los españoles y para garantizar la igualdad de oportunidades en el acceso de todos los niños, son necesarios medios complementarios que la hagan viable, y en este punto tiene especial relevancia el acceso al comedor escolar cuando las circunstancias familiares o del menor así lo requiere, posibilidad que en ocasiones resulta muy difícil para ciertas economías familiares», indicó la edila.
En este sentido, Escrig apuntó que este servicio, que garantiza la alimentación a todos los menores, se suma al del Aplec d'Estiu, junto a otras iniciativas como el Aplec de Nadal y de Pasqua, con el objetivo de ser «una ciudad más igualitaria e inclusiva, para que todos los vecinos tengan garantizados sus derechos».
