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Raval Universitari

Los vecinos del «parque del lago» de la UJI piden nombre para su zona verde

La asociación propone bautizarlo como Carmen Albert Polo, una botánica castellonense

El parque del lago del Raval Universitari. Ángel sánchez

Los vecinos del Raval Universitari llevan más de un año reclamando al Ayuntamiento de Castelló que ponga nombre al parque más grande del barrio, ubicado entre la calle Joaquín García Girona y el Riu Sec. Ante la falta de una denominación oficial, los residentes lo han «bautizado» provisionalmente como el parque del lago de la UJI, debido a la masa de agua que atraviesa la zona verde y a su cercanía con la universidad. De esta manera, también lo diferencian del otro parque del lago existente en Castelló, el de la zona del Peri 18, que aunque sí tiene nombre -es el parque del Geólogo José Royo-, es conocido popularmente por el «apodo».

La asociación de vecinos del Raval Universitari presentó una solicitud al ayuntamiento en junio del año pasado en la que sugería poner a la zona verde el nombre de Carmen Albert Polo, quien fue una reputada botánica castellonense. Sin embargo, el consistorio no atendió la petición y el pasado mes de abril la asociación registró otro escrito en el mismo sentido.

La elección del nombre no es baladí, pues con esta denominación pretenden cumplir un doble objetivo: mantener la coherencia de la nomenclatura del barrio -ya que casi todas las vías reciben el nombre de personajes importantes- incluyendo el reconocimiento a una mujer. «Todas las calles tienen nombre de señores ilustres, pero no de señoras», explica la presidenta de la asociación vecinal, María García.

Según detalla, hace un año el colectivo trasladó un dossier al entonces alcalde de Castelló, Alfonso Bataller, sobre la nomenclatura, en el que proponían también la denominación de «Siglo XXI» para el puente de entrada de la carretera Borriol y el paseo de la Universitat. El consistorio adoptó la propuesta para este espacio pero no la del parque. «Nos dijeron que tenían que trasladar la petición a la comisión de Cultura, pero nunca supimos qué pasó», indica García.

De esta manera, la instalación lleva más de diez años sin nombre oficial, y no es el único espacio del barrio sin «bautizar». Hay otros dos parques y plazas ajardinadas que tampoco cuentan con su placa identificativa, según explica la presidenta de la asociación vecinal. Por otra parte, el colectivo ha pedido recientemente al ayuntamiento mejoras en el parque del lago, al detectar que hay una farola rota, varias tapas de alcantarillas sueltas y cipreses dañados.

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