La llegada del verano trae consigo también la guerra por el control del termostato en la oficina. El ambiente excesivamente frío en la oficina y el contraste con la temperatura exterior causan alrededor del 20% de los resfriados que se padecen durante todo el año. Así lo destaca Unipresalud, compañía especializada en la integración de la prevención de riesgos laborales en la organización de las empresas. El mal uso del aire acondicionado también es el causante de la mayoría de infecciones respiratorias, resfriados, irritaciones en los ojos y la piel, lumbalgias, afonías y faringitis durante los meses más calurosos del año. El doctor Juan Guallar, jefe del departamento de neumología del Hospital General de Castelló, recomienda cuidar tres aspectos sobre el aire acondicionado.

Primero, la temperatura es lo primero a tener en cuenta. Debería situarse entre 24 y 25 grados para mantener un ambiente similar al de la calle. Bajar la temperatura de forma drástica sería una aliciente más para las dolencias respiratorias.

Los niveles de humedad también son otro factor a tener en cuenta. El aire acondicionado tiende a resecar, por ejemplo, las mucosas, la piel y los ojos, sobre todo si la persona lleva lentillas en vez de gafas. Esto puede provocar que las vías de respiración estén expuestas a infecciones y provoca irritamiento o inflamación. Por ello, se recomienda incorporar un humidificador que mantenga unos niveles de humedad adecuados en el lugar.

Y por último,es necesario un filtro. Los aparatos de aire acondicionado acumulan polvo, esporas, polen y bacterias. Al ponerse en funcionamiento pueden extender la suciedad por el aire de la oficina. Por esta razón es fundamental incorporar filtros que impidan el contagio de enfermedades que, en personas alérgicas, podría llegar a desarrollar faringitis o asma.

Para evitarlo, Unipresalud aporta algunos consejos. «Estos trastornos se pueden prevenir manteniendo la humedad relativa entre el 45% y el 65% para cualquiera de las temperaturas comprendidas entre los 23 y los 26 grados», explica Jose Vicente Máñez, director de Actividad Técnica de Unipresalud.

En casos de ambientes demasiado resecos, Máñez recomienda «respirar por la nariz, ya que así el aire entra en los pulmones a la temperatura corporal y con el grado de humedad necesario para evitar la sequedad de las vías respiratorias». Otro factor importante de bienestar es la velocidad del aire acondicionado: en verano es recomendable mantener una velocidad media máxima de aire de 0,19 m/s.