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La dura labor de derribar obstáculos y barreras

En 1988 un grupo de personas con discapacidad apostó por la suma de fuerzas y puso en marcha Cocemfe, que hoy representa a mas de 5.000 personas en Castelló

La dura labor de derribar obstáculos y barreras

Dijo en 2013 el presidente de Cocemfe, Carlos Laguna, que «25 años no son nada» con motivo de las bodas de plata de la Federación Provincial de Personas con Discapacidad Física y Orgánica. Pero se equivoca. Han sido mucho, un gran avance para las personas con la movilidad reducida, que siguen teniendo muchas barreras que derribar, pero que han conseguido que las calles, las instituciones y los ciudadanos estén más concienciados.

Lo cuenta Laguna como una anécdota, pero es el fiel reflejo de la situación de abandono que sufrían las personas con problemas de movilidad hace un par de décadas. En un viaje de Castelló a Cambados, la agencia de viajes envió a un grupo de animosas personas con discapacidad en autobús a un hotel totalmente inaccesible. «Aquella misma noche el hotel se volcó en construir una rampa, pero una de las viajeras, por las características especiales de su silla eléctrica, no pudo subirla». Al final la mujer «tuvo que hacer noche en un club de carretera porque era el único local accesible de la comarca», destaca.

Es solo un ejemplo de la necesidad que había de contar con entidades como Cocemfe. Un animoso grupo de personas con discapacidad intuyeron, un 16 de julio de 1988, que la fórmula para defender los derechos del colectivo era el asociacionismo y la suma de fuerzas. Hace apenas cuatro días cumplieron 27 años, ahora con Carlos Laguna al frente de una asociación por la que han pasado numerosos dirigentes que se dejaron la piel en defensa de los derechos de los discapacitados: Rosa Gual, Mª Luisa Zafra, Tomás Gómez o Pepe Navarro. Aunque especial mención, como recuerda el presidente, se merece Ana Elizondo, puntal de la asociación que fue germen de Cocemfe (Avant).

Hoy la federación cuenta con una treintena de trabajadores y representa a colectivos que suman unas 5.000 personas. La crisis ha hecho mella, cómo no, en las subvenciones que recibe, pero no ha quitado un ápice de ilusión y energía a todos sus miembros para desarrollar proyectos clave como el transporte adaptado «puerta a puerta», la inserción laboral y educativa, la rehabilitación, la independencia asistida, las playas accesibles o el ocio y tiempo libre de sus asociados. De la excelente gestión desarrollada estos días dan fe los certificados de calidad que han recibido, así como la alta satisfacción de los usuarios en las encuestas que se realizan sobre el servicio. «Se ha mejorado mucho, pero hay mucho por hacer», subraya Laguna.

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