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Castelló finiquita la Ciudad de las Lenguas y avala el impacto turístico del aeródromo

La alcaldesa pone en valor el turismo de saltos y vuelo sin motor en la zona, descarta proyectos urbanísticos en los terrenos y subraya su valor ambiental

Castelló finiquita la Ciudad de las Lenguas y avala el impacto turístico del aeródromo

El aeroclub de Castelló ha pasado de estar abocado a su traslado a ser un elemento básico dentro de los futuros productos turísticos de Castelló a corto plazo. El cambio político surgido de las urnas en el Ayuntamiento de Castelló el pasado 24 de mayo dio un giro absoluto al urbanismo de la ciudad, hasta el punto de que proyectos emblema del Partido Popular estos años como la Ciudad de las Lenguas en los terrenos que ocupa el actual aeródromo son ya historia.

La alcaldesa, Amparo Marco, que recibió ayer la visita del secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, se mostró contundente: «El anterior equipo de gobierno perdió las elecciones y nuestro modelo de turismo no es ese», aseveró la alcaldesa, quien, por si quedaba alguna duda, aclaró que «la Ciudad de las Lenguas no puede ser una excusa para urbanizar, como han sido tantos modelos de turismo del PP».

Turismo idiomático, «sí», añadió Marco, «pero vinculado a toda la ciudad y consensuado con la Escuela Oficial de Idiomas y la UJI». El equipo de gobierno que forman PSPV y Compromís tiene claro, en cualquier caso, que el turismo de Castelló no puede pasar sólo por los idiomas, «sino que debe ser más global».

Ese futuro aún por diseñar debe salir del Plan Estratégico de Turismo que impulsa el consistorio y sobre el que hablaron Amparo Marco y el vicealcalde, Enric Nomdedéu, con Francesc Colomer. Son muchos los aspectos por definir en este proyecto, y por supuesto los terrenos que ocupa el actual aeródromo formarán parte de él. Muchas líneas por trazar, pero una cuestión clara: la zona del aeroclub «es una pastilla de terreno muy importante desde el punto de vista medioambiental y lo que está claro es que los planeamientos urbanísticos que había eran inviables». Recordó en este sentido la alcaldesa que el ayuntamiento tiene en marcha la revisión de su plan urbanístico y que, a priori, se ve el aeródromo como elemento «fundamental» para el turismo de salto y de vuelo sin motor.

Y es que el deporte se aventura como uno de los productos a los que pretende acogerse una ciudad que, según su alcaldesa, tiene mucho campo también por delante para explotar sus playas, sus fiestas, su gastronomía, o para aprovechar sus dotaciones y ser referente en el turismo de congresos. En este futuro aparece también darle un mayor impulso al Grau de Castelló, donde se estudiará dar valor a la pesca y a la gastronomía de la zona.

Por su parte, Francesc Colomer se mostró convencido de que la provincia de Castelló tiene todo el potencial para convertirse en «la Toscana del Levante» y no «un Levante feliz basado en la locomotora inmobiliaria».En esta línea, el responsable de la Agencia Valenciana de Turismo ha apostado por recoger «los recursos y el potencial que históricamente ha tenido Castelló y transformarlos en «productos turísticos y comercializarlos adecuadamente». Sobre el aeropuerto de Vilanova de Alcolea, Colomer insistió en que «un aeropuerto no hace destino», por lo que abogó por que Castelló incremente su capacidad de seducir a mercados emisores internacionales una estrategia inteligente de promoción de lo que ofrece el territorio desde un punto de vista de la diferenciación».

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