El Villarreal se despidió de la gira inglesa siendo fiel a sí mismo y prolongaron las buenas sensaciones dejadas en la Emirates Cup en el duelo de ayer ante el Everton. Como en los mejores momentos de la pasada campaña, el equipo de Marcelino supo esperar para hacerse con el mando del partido y le costó muy poco despedazar a su contrincante, unos toffees bastante dóciles que mostraron más carencias que bondades.

Así, el submarino le aguó la fiesta a los blues, que rendían homenaje a su ex delantero Duncan Ferguson y que parecían más pendientes de ver a Wayne Rooney y al escocés con la camiseta del Everton que de superar a los castellonenses. Y eso que el Villarreal anduvo algo perdido durante la primera media hora. Al centro de la medular, tras perderse la prueba contra el Derby County, regresó Bruno Soriano, pero el de Artana se mostró espeso en el primer tramo del encuentro. Con ello se resintió un equipo en el que Marcelino mezcló hombres habituales con otros que tratan de ganarse una oportunidad esta campaña en el primer equipo.

Areola defendió la meta, mientras que Pantic fue el único invitado inesperado en una defensa formada por Mario, Víctor Ruiz y Jaume Costa. Pina formó junto a Bruno en la medular y Nahuel intercambió muchas veces la banda con Samu Castillejo, en la posición de interior Gerard Moreno y Baptistao, una vez más, fueron la referencia ofensiva y demostraron, de nuevo, empastar de forma óptima. Una pena que Moreno tenga un pie más fuera que dentro del club, porque estos dos, en combinación con Samu Castillejo, podrían disfrutar mucho en la temporada futbolística que se avecina.

Pero, tras superar un dominio estéril del Everton, en el que los centros de Barry y Mirallas apenas generaban peligro, Bruno comenzó a carburar. Con él, la maquinaria amarilla se puso en marcha. No fue hasta el minuto 33 que el submarino trenzó una combinación con peligro, protagonizado por la tripleta Castillejo-Baptistao-Moreno. Poco más que la activación de estos jugadores necesitó el Villarreal para adelantarse. En su primera acción real de peligro, Gerard Moreno aprovechaba un balón peinado de Leo Baptistao, tras un saque de esquina de Castillejo, para anotar el 0-1.

Entre Nahuel y Ferguson

Marcelino mantuvo el bloque, en el arranque de la segunda mitad, y sólo dio entrada a Barbosa y Bailly para apuntalar la zaga. En este tramo, los amarillos mostraron otra de las constantes de esta gira. Con el bloque en teoría titular, el Villarreal fue contundente en defensa y eliminó cualquier atisbo de resurrección de los de Roberto Martínez. En éstas, un balón largo de Costa se encontró con un espabilado Nahuel Leiva. El canterano peleó con Coleman, le robó el esférico y superó a Howard con elegancia para decidir la contienda.

El último tramo del partido se marchó en cambios y homenajes. Apareció en el campo Rooney, prestado por el Manchester United para este partido, y a sus 43 añazos Ferguson se vistió de corto para recibir el aplauso de Goodison. Carrusel de cambios amarillo que desactivó la intensidad. Browning aprovechó la situación para marcar el 1-2 final.