La maquinara del turismo funciona a pleno rendimiento en la Comunitat Valenciana. Después de un mes de junio satisfactorio para las principales áreas de negocio estival que pivotan en torno al sector, julio ha cerrado con unos datos que invitan aún más al optimismo y confirman la recuperación del volumen de negocio anterior a la crisis. La mejoría económica, unida a la pérdida de atractivo de otros destinos vacacionales del Mediterráneo, influyen en esta percepción. El tirón del turismo nacional y británico y unos precios asequibles terminan de conformar la cuadratura del círculo.

El presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y Turismo de Castelló (Ashotur) se suma al clima de optimismo. Esta provincia también ha concluido julio con un incremento del turismo que se sitúa entre el 4 y el 5% respecto a las mismas fechas del año anterior, unas cifras que, según subraya Carlos Escorihuela, rebasan las expectativas iniciales. La tónica para el mes de agosto se antoja similar. «Tenemos un nivel importante de reservas y faltan todavía las de última hora. Si la climatología no nos lo impide, vamos a llegar a cifras de ocupación muy elevadas». Escorihuela pronostica un indicador del 95%, que podría alcanzar el 98% en algunas localidades.

Por lo que hace al tipo de vacaciones escogidas, Escorihuela explicó que el turista actual opta por realizar reservas de aproximadamente cinco días «y las reservas de 15 días o más ya está pasando un poco a la historia». El turista familiar y el de festivales son los perfiles más característicos de esta época del año en la provincia. Asimismo, el presidente de Ashotur añadió que los municipios de montaña también cuenta con un gran número de visitantes que escogen realizar estancias cortas «y a lo mejor sólo van a comer y a pasar el día pero también suponen una fuente de ingresos». Morella, Montanejos, Benassal o San Mateo son algunas de las opciones de montaña más escogidas.

En el litoral destaca Peñíscola «por su oferta hotelera y por el atractivo turístico de su castillo» y Marina d'Or «tiene un atractivo interesante para las familias». La procedencia de los visitantes a la provincia, como es tradicional, es mayoritariamente nacional, «y suelen venir de la Comunitat, Cataluña, las dos Castillas, Aragón o La Rioja». Desde el extranjero, Francia sigue siendo el país emisor por excelencia «por su cercanía ya que los turistas pueden venir en coche», y también hay mucho visitante alemán y de los Países Bajos «aunque el número ha bajado un poco pero esperamos poder recuperarlo».

Aeropuerto

Otro de los mercados que la patronal espera poder explotar en los próximos meses gracias a la puesta en marcha del aeropuerto de Castelló es el inglés. Escorihuela indicó que durante el mes de julio han llevado a cabo visitas a diferentes turoperadores británicos para preparar paquetes turísticos que ofrezcan hoteles y vuelos. «Lo más importante es que este tipo de turista venga todo el año y en eso estamos trabajando».

Las exitosas previsiones planteadas al inicio del verano se están cumpliendo al milímetro y el sector turístico atraviesa la sensación de estar embarcado en otro ciclo. «La confianza y el consumo están reactivado el mercado interior, desaparecido durante siete años. Por primera vez, la gente está saliendo sin miedo a gastar», expone Vicente Pizcueta, experto en marketing turístico.

Aunque el desembolso procedente de los turistas del interior de España aún no alcanza niveles de 2007, Pizcueta coincide en poner sobre la mesa un «escenario de récord» este año como consecuencia de la llegada de cada vez más visitantes procedentes del extranjero. La crisis internacional en materia de seguridad ha pasado factura a mercados directamente competidores».