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Las fiestas de agosto perviven

Las urbanizaciones y apartamentos de Benicàssim y el Grau mantienen viva la tradicional celebración de la Mare de Déu de la Assumpció

Los vecinos disfrutan de unos días de fiesta en sus zonas de veraneo con música y cenas de sobaquillo. Àngel sánchez

Benicàssim no celebra fiestas patronales en agosto, pero eso no es excusa para mantener otras tradiciones lúdicas. Los vecinos y vecinas del municipio organizan sus propios festejos y actividades, como cada año y, con motivo de la festividad de la Virgen de la Asunción, tanto los apartamentos como las urbanizaciones de la zona del litoral de la localidad preparan su particular programa para estos días.

Las calles lucen guirnaldas y banderas, señalizando el ambiente festero y especial que inunda la zona durante el fin de semana. Y es que los vecinos del lugar ya tienen experiencia al organizar estos eventos. La festividad lleva muchos años arraigada en nuestras comarcas, sobre todo en la zona sur, donde la actividad se congrega más que en otras partes.

Cuando el sol duerme, y la luna ilumina el cielo estrellado sobre el mar, se pueden escuchar la música de las verbenas y las conversaciones animadas que tienen lugar en los numerosos actos celebrados. No falta la cena de sobaquillo, que incluso parece una cita de hermandad entre los vecinos de barrio. La comida y la bebida se comparten con solemnidad, y el respeto así como el compañerismo son las máximas durante las veladas.

La avenida Ferrandis Salvador, la calle El Palmeral o la avenida Mohíno son algunos de los lugares donde disfrutar de la música. No hay un estilo predominante y el origen del sonido es indeterminado. El largo de las calles y avenidas se convierte en un «cluster» de vibraciones positivas y ganas de bailar y cantar, gracias a la increíble animación que proviene de los apartamentos y urbanizaciones de la zona. Discomóviles, duetos o cantantes solistas amenizan las noches de verano que, junto a la revitalizante brisa marina, convierten el pavimento de la acera o el césped de los jardines en una improvisada pista de baile.

Cuando el ambiente está tan llevo de diversión y emociones positivas, los vecinos no quieren que la fiesta pare pero, por respeto hacia el resto de personas que no pueden alargarlo mucho, la hora tope son las 3 de la mañana. Sin embargo, algunos continúan la fiesta sin causar ninguna molestia, bajando el volumen y mostrando una gran actitud cívica.

El programa de actividades incluye desde comidas populares, en las que reina la paella sobre el resto de platos; hasta fiestas de la espuma para paliar el calor veraniego o concursos y desfiles de disfraces para todas las edades. Sin embargo, como las noches se enfocan más a los adultos, las mañanas y las tardes son para los más pequeños. No falta de nada para que los niños y niñas de Benicàssim y el Grau se diviertan al máximo. Pueden saltar en castillos hinchables, jugar con el agua de mil y una formas, y más tarde merendar como reyes para recuperar fuerzas.

Estas fiestas están ya consolidadas en la zona costera y cuentan con largos años de tradición. Los actos se financian gracias a la venta de Lotería de Navidad, además de donaciones que proporcionan las familias implicadas y las comisiones organizadoras que pertenecen a los apartamentos.

Benicàssim encara ya la segunda quincena de verano y la diversión aún está lejos de terminar en la costa. Festivales, verbenas y cenas en urbanizaciones, son el prolegómeno de las fiestas de septiembre aderezan su verano.

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