La construcción de dos crematorios -que se situarán en el Camí d'Ulldecona de Benicarló, junto al actual cementerio- ha generado un fuerte rechazo entre el vecindario, que protesta por la proximidad de la edificación. La alarma saltó al ver una nueva construcción justo al lado del cementerio.
Lo que en principio podía parecer una ampliación era, en realidad, la edificación por parte de una empresa de un edificio dedicado a la incineración de cadáveres. Durante el año 2014 el PP recalificó suelo para permitir la construcción de un crematorio de Nuevo Tanatorio SL en suelo dotacional privado al amparo de una modificación en el PGOU vigente de la localidad que data de los años 80. A los pocos meses Remsa reclamó el mismo trato e incluso Fiscalía llegó a investigar la legalidad del trato urbanístico que estas empresas recibieron, aunque posteriormente archivó las diligencias. La oposición -PSOE y Compromís, hoy en el gobierno- denunciaron «amiguismo» y «urbanismo a la carta».
Ahora, las empresas están construyendo las instalaciones en base a esas licencias municipales.
La obra no ha gustado a los vecinos de las inmediaciones, ni a los que viven en la calle de Ulldecona ni tampoco a otros que habitan en viales próximos al cementerio. Según una de las vecinas, Asun Martínez, la ley marca que «una incineradora debe emplazarse a 500 metros de cualquier núcleo urbano». Los vecinos sostienen que los postulados de la oposición, que propusieron ubicar estas infraestructuras en el polígono industrial de la localidad, son mucho más lógicos por las menores afecciones. «Lo que queremos es que el crematorio se emplace en el polígono industrial, que es donde están previstas las actividades industrial de este tipo», agrega Martínez que lamenta la falta de claridad en la legislación sobre distancias y la tramitación que han tenido estos crematorios que estarán pared con pared en una finca que se segregó.
Según explican los afectados, el cementerio «ya queda demasiado cerca del pueblo, ya que el pueblo ha crecido en dimensiones. Ahora, con la eliminación de la N-340 quedará una ronda muy elegante que ampliará los límites del casco urbano, por lo que un crematorio, que es una actividad industrial, no tendríamos que tenerla en la puerta de casa». Sin embargo, añaden que el tema estético «es el de menos». «Se trata de una actividad industrial molesta, nociva, peligrosa y contaminante», según afirmaron.
Recogida de firmas
«Nosotros tenemos claro que los técnicos del ayuntamiento se asegurarán de que la instalación meterá en marcha todas las medidas de seguridad y medio ambiente requeridas por ley, pero nos hemos enterado de estudios europeos y americanos en que detectan emisiones peligrosas igualmente, incluyendo las de mercurio, cuando hay un buen mantenimiento de filtros, no queremos imaginar que pasaría si el mantenimiento fallara por algo». Además el crematorio será de uso comarcal, por lo que «funcionará diariamente, y de hecho por lo visto hay suficiente demanda».
También proponen una revisión de las ordenanzas municipales «para que estas cosas no vuelvan a pasar más y que no se pueda aprovechar un vacío legal para hacer cosas que perjudican a los habitantes de Benicarló, como esta», sentencian.
Los vecinos han ido a hablar con los técnicos de Urbanismo y también con la alcaldesa, Xaro Miralles, que luchó para evitar la recalificación en el PGOU. Por otro lado iniciarán una campaña de recogida de firmas, para concienciar a todo el pueblo. «Esto nos afecta a todos», indican.
Los dos crematorios que actualmente utiliza el vecindario de Benicarló se encuentran en Castelló y Amposta. Disponer del servicio en Benicarló podría ser beneficioso cuando evitar desplazamientos a otras ciudades pero, como defienden los vecinos, el lugar elegido es «el menos indicado, dada la proximidad de viviendas».
