Las condiciones climáticas de los últimos meses, con lluvias constantes, han sido claves para la propagación de la plaga del mosquito tigre y que los tratamientos aplicados no hayan podido surtir efecto.

Así lo explicaron ayer los ediles de Medio Ambiente de Benicarló, Ximo Bueno, y Vinaròs, Jordi Moliner, que comparecieron en el salón de sesiones del consistorio vinarocense para exigir a la diputación su actuación en grandes extensiones de agua estancadas, marjales y barrancos de estos y otros municipios donde los ayuntamientos no pueden.

Moliner dijo que la diputación «se escuda en que aporta ayudas económicas pero hasta esta misma semana en Vinaròs todavía no habíamos recibido ninguna aportación» e insistía en que «una actuación a final de año no sirve, debe actuarse ya».

Por su parte, Bueno destacó que la colaboración de los ciudadanos a la hora de evitar la acumulación de agua estancada en sus propiedades es otra de las cuestiones fundamentales a tener en cuenta. El concejal explicó que el mosquito tigre se reproduce fácilmente en un espacio con agua, «así que cualquier piscina, balsa o maceta que tengamos en nuestras propiedades puede favorecer la producción». De ahí que aconsejara que «es fundamental concienciar a los ciudadanos de que deben estar limpias y realizar los tratamientos oportunos».

Ambos municipios participaron en la reunión celebrada en Almassora en la que un total de trece municipios de la provincia abordaron la problemática de la plaga de mosquito tigre que afecta, sobre todo, a las localidades del litoral.

Moliner apuntó que en el caso de Vinaròs «se ha pasado de aplicar larvicidas y adulticidas cada 21 días, a una frecuencia de 10 días y tras las lluvias». Situación similar a la de Benicarló, donde Bueno subrayó que cada vez que llueve ha de volver a aplicarse el tratamiento.

Peñíscola también lucha

La Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Peñíscola, tras el estudio del informe previo de una empresa especializada, ha continuado en las últimas semanas la fumigación de las zonas con mayor proliferación y concentración de mosquitos, con el objetivo de paliar y contrarrestar la multiplicación de estos insectos. Concretamente, se han llevado a cabo tratamientos biológicos autorizados para zonas con humedales y protegidas, prácticamente de forma semanal desde el inicio del verano finalizando en julio la primera fase y en agosto la segunda.

En la noche de ayer se procedió al último de los tratamientos programados dando cobertura, con dos equipos y durante seis horas el Ullal de l'Estany, el marjal, la zona trasera del complejo deportivo y el entorno de la escuela de primaria.