Borriol se convirtió ayer en un circuito de carreras. Un total de 22 coches desafiaron las empinadas calles del casco antiguo de la localidad en la tradicional carrera de autos locos que se celebra desde hace diez años con motivo de las fiestas patronales en honor a Sant Bartomeu y Sant Roc, que comenzaron el viernes. Los vehículos estuvieron expuestos antes de la prueba en la plaza del Pou para que pudieran ser vistos por todos los asistentes a la cita.
La carrera de autos locos de Borriol, una de las más longevas de la provincia de Castelló, marcó el inicio de la jornada festiva de ayer. Muchos fueron los vecinos que presenciaron la competición desde puntos estratégicos para poder ver los coches en acción sin ningún peligro, como si de un rally se tratara. La carrera comenzó en la calle Miramar. Los 22 participantes se colocaron en la parrilla de salida para encarar uno a uno el exigente circuito borriolense con el objetivo de hacer el mejor tiempo posible hasta la línea de meta. Además de vecinos de Borriol, participaron pilotos de Albocàsser, Atzeneta o l'Alcora.
Cada participante optó por un modelo de vehículo. Unos prefirieron conducir coches con estructuras básicas metálicas con tres o cuatro ruedas, menos vistosos pero más veloces. Otros se decidieron convertir su auto en un coche de bomberos o en un antiguo bólido de carreras, con ruedas más anchas. Estos no consiguieron bajar las calles con tanta velocidad pero sorprendieron más a los vecinos y visitantes que vieron la carrera. Algunos conductores iban incluso disfrazados a conjunto con la temática del coche.
Tras la carrera, el alcalde Silverio Tena entregó los premios, patrocinados por desguace Eco-Piezas, a los tres coches más rápidos, todos del Jilopos Racing Team. El galardón al auto loco más original recayó sobre El Cole de Nani de Borriol, por su coche basado en los «Minions» de la película de «Gru, mi villano favorito».
