La única tomocámara que hay en la provincia de Castelló acumula una lista de espera de hasta dos meses. Este equipo, ubicado en el Hospital Provincial de Castelló, se utiliza para el diagnóstico del cáncer y otras enfermedades. El centro posee otra tomocámara, pero lleva averiada más de dos años, por lo que el servicio se ralentiza en determinados casos.
En concreto, la lista de espera más larga es la correspondiente a casos de tumores óseos y otras enfermedades relacionadas con los huesos, según explicó a este diario el jefe del Servicio de Medicina Nuclear, Alfonso Lara. Algunos pacientes oncológicos acaban presentando metástasis en los huesos. Ocurre, por ejemplo, con el cáncer de mama, según detalló el especialista. Por otra parte, también hay pacientes de traumatología, como aquellos que sufren problemas óseos desencadenados por prótesis de rodilla o de cadera. En todos estos casos es necesario realizar gammagrafías y estudios funcionales con la tomocámara. La media de tiempo de espera para que estos pacientes puedan someterse a la prueba diagnóstica, con la que se determina la magnitud de la afección, es de dos meses, según Lara.
Esta situación viene propiciada por el hecho de que una de las dos tomocámaras del centro «lleva averiada más de dos años y, dada su antigüedad -tiene dos décadas-, el fabricante la ha declarado obsoleta sin posibilidad de reparación por no existir repuestos ni mantenimiento», tal y como explicó el jefe del Servicio de Medicina Nuclear. «El aumento de las listas de espera diagnósticas y su demora genera una alarma social hoy día inadmisible», aseguró el especialista, quien subrayó que al retrasarse el diagnóstico se aplaza también el tratamiento. En este sentido, afirmó que son habituales las llamadas de médicos de otros hospitales pidiendo a su departamento que intente agilizar las citas de los pacientes para poder iniciar quimioterapias u otros tratamientos en las fechas previstas.
Por debajo de la media
El hospital cuenta con una sola tomocámara para atender a todos los pacientes de la provincia, lo que supone que Castelló se sitúa muy por debajo de lo aconsejado en materia de equipamiento. Según la Sociedad Española de Medicina Nuclear, la media europea es de una tomocámara por cada 100.000 habitantes, cuando la provincia sólo dispone de un equipo para una población de 600.000 personas. De esta manera, para entrar en los parámetros europeos, Castelló debería tener seis aparatos. Cabe recordar que no sólo se emplean para oncología, también sirven para el diagnóstico de enfermedades cardiacas y renales. Antes de la avería, el Provincial contaba con dos equipos desde la creación del Servicio de Medicina Nuclear en 1985. Este departamento es el único de sus características en Castelló y atiende a una población de 4.000 pacientes al año.
