La falta de participación y colaboración de patrocinadores ha hecho que, por primera vez en casi treinta años, no se pueda celebrar el Concurso Internacional de Reclamo Bucal en el que a finales de agosto se daban cita en Vila-real los mejores silbadores.
Bayarri sostuvo que «la decisión va en contra de nuestra voluntad, porque nos encantaría hacerlo pero, así, no ha podido arrancar». Y confesó que la participación ha ido disminuyendo en los últimos años hasta el punto de que «el año pasado solo participaron dos personas de Vila-real», siendo éste uno de los municipios con mayor arraigo.
En cuanto a la situación económica, Bayarri comentó que «hay empresas que nos patrocinaban que por la crisis han tenido que cerrar y esto ha hecho también que los premios cada vez fuesen menos atractivos».
Respecto al respaldo institucional, desmintió haber tenido alguno problema con el consistorio de Vila-real y justificó que «el retraso en los pagos ha pasado siempre»- Asimismo, descartó haber habido posibles desavenencias con el también socio de Apaval y edil de Compromís en el consistorio, Pasqual Batalla. «Respetamos la decisión política de Pasqual pero Compromís siempre ha masacrado el parany».
Por su parte, Batalla lamentó la noticia y dijo que «se trata de una decisión unilateral por parte de Apaval». En este sentido, manifestó que el ayuntamiento ya tenía reservada la misma partida presupuestaria que otros años anteriores para hacerse cargo del montaje y la infraestructura del evento. Coincidió con Bayarri al reconocer una «decadencia» en la práctica. El regidor señaló que «es una tradición que lo está pasando mal y la gente se siente defraudada y menos motivada que si vieran que con la lucha se está consiguiendo algo». «Es una lástima porque también era un acto reivindicativo», agregó Batalla.
