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Una denuncia por ruido deja a los jubilados de Navajas sin bar en el centro social

La adjudicataria desistió de la gestión al no salirle rentable después de aplicar el aforo estipulado en la licencia, de 25 personas en la terraza

Una denuncia por ruido deja a los jubilados de Navajas sin bar en el centro social

La junta que representa a los 360 jubilados y vecinos pertenecientes al centro municipal de convivencia para mayores Jardín del Palancia de Navajas ha pedido al ayuntamiento que tome, cuanto antes, una determinación y les dé una solución por escrito a la actual situación del local, desde que el pasado mes de agosto se hayan quedado sin servicio de bar.

La denuncia interpuesta por un vecino ateniéndose a la ley de contaminación acústica hizo que, hace un mes, la encargada de regentar el servicio de bar y llevar a cabo parte de la limpieza de este centro, de titularidad municipal, haya desistido en seguir gestionándolo. El principal problema, el aforo limitado a 25 personas por el día y 21 por la noche que el técnico encargado de tramitar la licencia de actividad para regularizar la situación estipuló para la terraza del centro, donde se celebraban durante todo el verano un sinfín de actividades.

Un hecho que ha sembrado un intenso malestar entre los usuarios, que incluso han tenido que trasladar la celebración de su semana cultural fuera de las instalaciones ante el temor a mayores represalias por parte del denunciante.

Desde el consistorio se les aseguró en la última asamblea que al no contar con servicio de bar, el aforo de la terraza ya no está limitado, por lo que se puede ocupar por los 300 socios, sin problema. Sin embargo, no tenerlo por escrito, inquieta a los jubilados que sostienen que «ya no se atreven a salir igual que antes por temor a más denuncias».

El actual equipo directivo, capitaneado por Vicente Badía, lamentaba ayer que la nueva corporación «no realice una normativa transitoria por escrito para regular el uso del recinto durante el verano, porque llevamos muchas reuniones y nos sentimos que no sabemos ni qué hacer ni cómo actuar». Desde el centro, han comenzado además una recogida de firmas, que cuentan ya con más de 500, para mostrar su disconformidad con la situación.

El bar, externalizado en 2011

En 2011, la nueva junta directiva solicitó al consistorio que sacase a concurso la explotación del bar. El precio de puja fue de 5.150 euros y como condición, el bar podía ser utilizado, tanto para socios de la asociación como para usuarios de fuera, siempre y cuando se respetase el horario de apertura. Con la denuncia, la anterior corporación municipal, tuvo que regularizar la situación, insonorizar la terraza y tramitar la licencia de actividad. La colocación de un aforo de 25 personas y 21 por la noche fue el detonante para que la encargada del bar decidiese dejarlo por falta de rentabilidad.

Desde la junta se han reunido con todos los grupos políticos con el fin de que se lleve a cabo una solución, «aunque no se está actuando de ninguna manera y la comida de la semana cultural ni siquiera la podemos hacer aquí».

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