«90 minuts de rivalitat, tota la vida d'amistat». Una frase que define la filosofía de una de las peñas más numerosas del Villarreal, la Celtic Submarí. Una agrupación de aficionados amarillos que reúne más allá de 650 personas y que, una década después de su creación, ha traspasado el ámbito del fútbol para convertirse en un agente dinamizador de la ciudad de Vila-real.

La aventura dio comienzo en 2004. El Villareal buscaba alcanzar las semifinales de la Copa de la UEFA ante un Celtic de Glasgow que venía de eliminar al FC Barcelona en octavos. Tras empatar en Escocia, el conjunto amarillo vencía por 2-0 en El Madrigal a los católicos. Pero los aficionados del Celtic, en lugar de guardar silencio, «seguían animando, como si estuviesen viviendo una fiesta», explica Ernesto Boixader, presidente de la peña. «Nosotros hubiésemos estado llorando, pero ellos en cambio lo vivían de forma totalmente distinta. Así que decidimos ir a Glasgow, para ver cómo funcionaban las peñas allí. Ellos entendían el fútbol no como una rivalidad, sino como una forma de hacer amistades», señala Boixader.

Así, hace ya once años, nació esta asociación de aficionados que tomó la filosofía escocesa por bandera. La idea era crear una peña que, además de animar al Villarreal por los campos de España y de Europa, cumpliese también una función social. «En Escocia, las peñas colaboran con bancos de alimentos y con ONG», destaca Boixader que ha conseguido que el Celtic Submarí protagonice un papel similar en la localidad de la Plana Baixa.

Dentro de esta vertiente, la colaboración más conocida ha sido la que la peña ha desarrollado, desde su décimo aniversario, con Aspanion (Asociación de Padres de Niños Oncológicos) a través de la iniciativa Units per l'Esperança. «Gracias a la ayuda del Villarreal, hemos conseguido recaudar más de 300.000 euros», señala el presidente de Celtic Submarí. De hecho, el Celtic y el Villarreal, los dos referentes de la peña, se unieron sobre el césped el pasado año 2014 para protagonizar un partido en beneficio de Aspanion por iniciativa de la asociación.

La relación con Aspanion es el mascarón de proa de un programa de actividades que incluye fiestas en Navidad, escoletas de estiu, campus de fútbol e incluso cursos de cocina. «Hay mucha gente que no le gusta el fútbol, pero a la que les gusta las jornadas para niños o los cursos de cocina y por eso participan», comenta Boixader.

Pero el Celtic Submarí es, ante todo, fútbol. Los partidos fuera de casa son una excusa para viajar y confraternizar con otras peñas. Por ejemplo, en el desplazamiento a Barcelona cuando el Villarreal se enfrentó al filial culé, «nosotros fuimos dos días antes y alquilamos un pub irlandés en Barcelona. Allí aprovechamos para hacer amistad con peñas del Sabadell o del Barcelona B». Una buena relación que se extiende a peñas en Escocia, como no, Italia, Suiza o Bélgica, entro otros rincones del mundo.

En casa, la Peña Celtic Submarí se reúne cada viernes, a partir de las 20.00 h., en su sede social, situada en la avenida de la Murà, número 12. Allí aprovechan para, entre cervezas, hablar del Villarreal y planificar la comida del domingo que debe servir de prólogo para el partido. «Si el horario del partido nos va bien, comemos juntos y luego nos dirigimos a El Madrigal, siempre en un ambiente de fiesta», señala Boixader. De cara a esta temporada, esperan un año con muchos éxitos que celebrar. «Estamos esperanzados».