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Adiós al coto privado de Jesús López

El nuevo patronato municipal acaba con la opacidad y el personalismo en la gestión festera y pone fin a la falta de control de las cuentas de la Junta de Festes

Adiós al coto privado de Jesús López

El presidente en funciones de la Junta de Festes, Jesús López, admite en un escrito remitido el pasado mayo al ex concejal, Ximo Torres, a instancias de Esquerra Unida, que su asesoría «realizó trabajos (confección de nóminas de personal, impuestos, seguros sociales), a la fundación de fiestas, federació de Colles y alguna gaiata desde 1998», y afirmó que no «existen contratos ni autorizaciones administrativas a nombre de la misma» porque, según justificó, «nunca he percibido ninguna retribución por sus trabajos, y por tanto no hay factura alguna» por estas labores.

La intervención de Jesús López ha sido omnipresente en la gestión de la Junta de Festes durante sus 13 años de presidencia. La antigua estructura festera dejaba en manos de la junta todo el control organizativo y económico. El 80 % del presupuesto depende del ayuntamiento -el resto de patrocinios- pero el ayuntamiento, a raíz de un acuerdo de 1988 entre PSPV, PP y Bloc, delegaba en la entidad festera la gestión económica. Durante más de dos décadas dirigió las contrataciones sin apenas intervención municipal. El súmmum de este sistema «independiente» llegó en la etapa de la presidencia de Jesús López. Desde su asesoría llegó a realizar trabajos a colectivos festeros, como subrayó en el citado escrito, aunque aseguró que no recibió un euro y que estas tareas las hizo de manera altruista.

Las concesiones de carpas, mesones y actividades eran adjudicadas a dedo por la Junta de Festes, contraviniendo la Ley de Contratos Públicos. El interventor municipal advierte desde 2006 de una falta de control en la cuentas festeras. En dicho año Castelló se adhirió a la Ley de Grandes Ciudades, que obliga a convertir la fundación en un patronato al nutrirse de dinero público. El nuevo organigrama se aprobó en 2012 pero la fundación ha seguido funcionando hasta este año. El interventor, en su balance de 2014, señala que «se ha omitido información necesaria a esta intervención general, por lo que no se han podido realizar las funciones de control interno respecto a la gestión interna». «No se puede verificar que las cuentas anuales de la fundación de fiestas expresen la imagen fiel del patrimonio y de su situación financiera, de la ejecución del presupuesto y de los resultados de la entidad», afirma.

La junta operaba como una empresa privada y únicamente justificaba las facturas al ayuntamiento. No informaba de nada más ni seguía un procedimiento público. La fundación posibilitaba esta forma de funcionar. Era un modelo cómodo para el ayuntamiento, pero generaba una gestión opaca y personalista del presidente López.

En estas condiciones, la asociación que organiza la carpa alemana fue presidida en las pasadas fiestas por la hija del presidente de la Junta de Festes. Jesús López sostuvo en el consejo rector del Patronat Municipal que sustituyó al anterior gestor de dicha actividad «por problemas con las barras» y esgrimió que eligió a su hija porque era persona «de su confianza».

Las contrataciones a dedo, la colocación de una hija en una actividad de fiestas y las colaboraciones «gratuitas» de la asesoría del presidente en funciones de la Junta de Festes llegan a su fin con la disolución de la vieja fundación y la activación del patronato, por el que el ayuntamiento asume la parte económica de fiestas. López ha defendido en múltiples ocasiones que la antigua fundación fue consensuada por la corporación municipal y ha responsabilizado al consistorio de la demora en crearse el patronato.

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