Los candidatos a las elecciones de la Junta de Festes de Castelló, Juanvi Bellido y Javier Gimeno, descartan una candidatura conjunta contra el presidente en funciones, Jesús López, que tal como ha publicado este diario, ya ha trasladado a su entorno su intención de revalidar el cargo.
Ambos representan una visión más renovadora de la fiesta, creen que hacen falta nuevos aires para potenciar la proyección de la Magdalena -es fiesta de interés turístico internacional-, una mayor implicación de los colectivos festeros y cambios organizativos. Desde hace tiempo son conscientes de los anhelos de López de volver a ser presidente de la junta, responsabilidad que ostenta desde 2003, y piensan que es el momento propicio para materializar un relevo.
Dos meses atrás, ambos anunciaron su propósito de concurrir a la asamblea electoral de fiestas y tantearon la posibilidad de sumar fuerzas. Pero desde entonces no han mantenido reunión alguna y, ayer, desde la candidatura de Juanvi Bellido se aseguró que cada uno se presentará en solitario. Asimismo, suena cada con más fuerza la presentación de una cuarta candidatura.
La asamblea se convocará el próximo 17 de este mes, una vez se constituya el consejo rector del patronato de fiestas. Se prevé para finales de este mes o primeros de octubre y votarán cerca de 100 personas. López admite cierto cansancio tras 13 años en el cargo, pero ha transmitido a su entorno que su objetivo pasa por ceder el testigo a otra persona al año de tomar posesión. Sería una forma de tutelar la sucesión en la Junta de Festes, en un momento en que el mundo de fiestas protagoniza el mayor cambio desde que se creara la extinta fundación de fiestas en 1988.
Las condiciones han cambiado respecto a las anteriores citas electorales, cuando el aún presidente ganaba por aclamación. Ahora, el equipo de gobierno está ocupado por una coalición del PSPV y Compromís y el Partido Popular, que trabajó a su favor, está en la oposición.
Pero la modificación más importante tiene que ver con el propio funcionamiento de la Junta de Festes. Las contrataciones y el control económico queda en manos del ayuntamiento con el nuevo patronato. El trabajo del presidente se limitará a colaborar junto al consistorio en la organización de fiestas. La entidad festera no actuará como una empresa privada y mejorará la transparencia de sus cuentas. Algunos colectivos hablan de pérdida de autonomía, otros subrayan que la junta no puede actuar como un ente privado cuando sus fondos proceden de las arcas municipales.
