«Todos los días, los medios de comunicación nos ponen delante de historias muy dolorosas y de imágenes impactantes de miles de personas y familias que tienen que huir de sus hogares y países por razón de la guerra, así como de cristianos que son perseguidos y asesinados por razón de su fe». Así comienza la misiva que difundió ayer el obispo de la diócesis Segorbe-Castellón, Casimiro López, para pedir la colaboración de la comunidad cristiana y de la ciudadanía en general ante el éxodo de miles de personas.
«Este fenómeno no nos puede dejar indiferentes», proseguía el prelado en su carta. Por ello, ha decidido crear «una Comisión Diocesana de Ayuda a los Refugiados y Cristianos Perseguidos», en la que participarán responsables de la diócesis, Caritas Diocesana, el Secretariado Diocesano de Migraciones y las congregaciones religiosas presentes en la diócesis.
La comisión «acogerá las peticiones y trabajará en colaboración con las instituciones públicas responsables en esta materia o comprometidas con esta causa», según precisó López.
Además, anunció que la diócesis Segorbe-Castellón y Caritas ponen a disposición pisos para acoger a los afectados, «así como los medios y recursos necesarios para su nueva vida en nuestro país».
«Hago un llamamiento a todos los sacerdotes de la diócesis, especialmente a los párrocos, a las parroquias, a todos los católicos y a las personas de buena voluntad para que, con generosidad, pongan también a disposición de esta urgente causa las viviendas de su propiedad en las que puedan ser acogidas estas familias así como para que ofrezcan donativos y otros recursos que serán necesarios para este fin», dijo el obispo en su misiva.
De esta manera, Casimiro López aprovechó también el comunicado«para urgir a los estados de la Unión Europea a que se impliquen con hechos en la pronta solución de los graves problemas que está provocando esta tercera guerra mundial por partes, como la llama ya el Papa Francisco».
