El ayuntamiento se había presupuesto alcanzar, como mínimo, la misma cifra que el año pasado, pero las expectativas se superaron con creces. El Benicàssim Belle Époque cerró ayer su cuarta edición con una asistencia total de más de 30.000 personas durante los cuatro días de evento en el que el Paseo Coloma se ha transportado a los años 20.
Cuatro jornadas que han contado con más de 120 actividades que han llenado de un gran ambiente el paseo marítimo, desde la playa Almadraba hasta el Voramar.
Los nuevos miembros que se han a la organización de la recreación histórica han conseguido que los asistentes hayan podido disfrutar de un sinfín de actos como las animaciones teatrales de escenas costumbristas, desfiles musicales o espectáculos con una gran puesta en escena como el de Chicago que tuvo lugar el sábado noche. La jornada de ayer, última para el Benicàssim Belle Époque, comenzó con el concurso de dibujo infantil que tuvo lugar en los jardines de Villa Victoria. Los pequeños dibujaron el emblemático palacete y estuvieron acompañados de un matrimonio francés asiduo cada año al evento que, bien vestidos para la ocasión, amenizaron el momento. Los puestos de artesanía acogieron diferentes talleres y exhibiciones y los asistentes disfrutaron de animaciones teatrales.
