El luxemburgués Frank Schleck, años atrás un firme candidato a ganar el Tour se impuso en solitario (fue el mejor de una escapada de diez corredores) en la decimosexta etapa con final en Quirós, en el «Pequeño Angliru» tras coronar anteriormente seis puertos. Pero lo realmente importante se vivió atrás. Entre los favoritos la pelea se redujo al último kilómetro, donde «Purito» Rodríguez atacó a falta de 700 metros. El catalán logró abrir hueco respecto a Aru, pero el italiano sacó fuerzas de flaqueza para ceder por solo 2 segundos. Insuficiente reacción, ya que el maillot rojo pasó a las espaldas del jefe de filas del Katusha. Aru dominaba por un segundo y ahora está un segundo detrás.

Resistió con nota el holandés Tom Dumoulin, el hombre a batir ante la contrarreloj del miércoles en Burgos, ya que se dejó solo 26 segundos respecto a los rivales directos y en la generales es cuarto a 1.51 del catalán. Ahora mismo es el favorito número uno para ganar la Vuelta. Aru es un discreto contrarrelojista y Purito aún peor. Éste asume con cierto fatalismo el futuro: «A Domoulin se le ha visto muy bien, mejor que el domingo y posiblemente sea el gran favorito para ganar esta Vuelta a España. Para ganar yo tiene que fallar él y yo tengo que hacer una gran crono para hacer podio». Ni siquiera hablaba de ser segundo. Quintana, Nieve y Majka resistieron, no así Esteban Chaves y Alejandro Valverde, que se dejaron un minuto y minuto y medio, respectivamente.

Hoy hay jornada de descanso a la espera de la contrarreloj de Burgos del miércoles. Ayer, los diez primeros fueron trasladados en helicóptero a dicha ciudad para ir acumulando descanso, tal como hicieron Froome y Valverde de Castelló a Andorra, aunque no les sirvió de mucho después.